En pleno proceso de elecciones nacionales donde los partidos opositores han ido ganando terreno y buscan destronar, tras 15 años de Gobierno, al Frente Amplio (FA), un grupo encabezado por mujeres jóvenes busca abrazarse a una nueva política que evite la quiebra de la izquierda.
Así surge El Abrazo, una coalición de tres sectores del FA -IR, Magnolia y el Frente en Movimiento y otros independientes- que busca una nueva oferta electoral para acercar votantes y proponer un cambio estructural dentro de una izquierda que sufre el desgaste propio de 15 años de gestión.
El impulso de velar por los derechos de las minorías, de dar un cambio de paradigma al FA desde adentro y el aprendizaje de otras experiencias internacionales -como Unidas Podemos en España-, facilitó la creación de esta coalición que apunta a conseguir al menos un escaño en la Cámara de Diputados el 27 de octubre, cuando se celebran las elecciones.
La idea de trabajar en colectivo es tal que El Abrazo no tiene un portavoz, sino seis personas de diferentes ámbitos que se encargan de presentar la agrupación. Por ello Efe dialogó con el intendente de Montevideo, Christian Di Candia, el diputado Martín Couto, las candidatas a diputadas Patricia González, Nadia Almeida y Fiorella Buzeta y la cantante y aspirante al Senado Patricia Kramer.
«El Abrazo es una alianza política, electoral, la construcción de un espacio con características particulares que era necesario para el Frente Amplio, para la izquierda uruguaya», cuenta Di Candia.
Para el actual intendente capitalino, que llegó al mando tras la renuncia del actual candidato del FA a presidente de Uruguay, Daniel Martínez, esta coalición busca convertirse en una herramienta de «construcción intergeneracional», en la que todos se sientan representados.
La diversidad es una de las claves que lleva adelante este grupo pues el objetivo es proteger «a los más vulnerables» y generar un espacio de debate donde cada uno pueda aportar desde su punto de vista.
Una de las particularidades es que la lista de esta coalición tiene tres candidatas para una banca de la Cámara de Diputados, por lo que la idea es que el puesto sea rotativo de acuerdo a quien esté más capacitada en cada tema a debatir.
LA UNIDAD POR ENCIMA DE LA DIVISIÓN
«Cuando la izquierda se rompe gana la derecha y eso no lo queremos nosotros. No es un costo que queramos pagar», enfatiza González.
Esto, que también genera coincidencia en el resto de los entrevistados, reafirma la idea de este grupo de reconocer los errores y las dificultades del oficialismo pero encarar el problema desde dentro.
La candidata a diputada reconoce que se siente «muy identificada» con el proceso de Unidas Podemos porque han hecho «planteos radicales» y destaca la importancia del liderazgo femenino.
«Unidas Podemos rompió con la izquierda tradicional de España y nosotros estamos diciendo que tenemos una herramienta muy valiosa como el Frente Amplio con la que somos muy críticos, pero que defendemos porque creemos que esta herramienta, con algunas cosas distintas, es capaz de cambiarle la vida a la gente», reconoce Couto.
De igual forma, para el diputado no se deben «trasplantar procesos políticos» de otros países ya que cada lugar tiene su realidad.
Asimismo, Couto reconoce que el FA es tomado como ejemplo en otras partes del mundo, sobre todo en América Latina, algo que es «motivo de orgullo».
DERECHOS, DISCAPACIDAD, MINORÍAS Y DIVERSIDAD
Según define Kramer, El Abrazo es «el encuentro en la búsqueda» y la síntesis de aquellos que «buscan cosas en común» desde una mirada de izquierda.
Bajo esta perspectiva, la coalición -creada a finales de agosto- intentará dar representación «a las personas diversas» para que el Parlamento no sea un lugar hegemónico en el que siempre participan los mismos.
«Estamos apostando a una bancada colectiva (…) somos tres mujeres que vamos a integrar la primera banca de diputadas de El Abrazo y es una lógica de pensar la política distinta (…) Es una forma diferente a aquel político varón viejo que lo sabe todo», explica González.
La candidata dice que no están en contra «de los varones blancos hegemónicos», sino que el problema es que en el Parlamento «solo están ellos».
Fiorella Buzeta, otra de las candidatas, es una militante por los derechos de las personas discapacitadas. La joven de 28 años quedó en silla de ruedas en 2004, a los 12 años, cuando un compañero de clase le disparó.
Desde su lugar, Buzeta intentará aprovechar sus experiencias y hacer política para «todas esas minorías» que hoy siguen al margen.
«Creo que El Abrazo y el Frente Amplio son la herramienta (…) para proteger a los que están más jodidos», opina.
En este sentido, Nadia Almeida, la tercera candidata a diputada, reconoce que desde su sector quieren que Buzeta acceda al Parlamento ya que, además de lo que puede aportar, cambiaría «hasta la propia lógica del edificio» del Palacio Legislativo.
EL RIESGO DE PERDER EL GOBIERNO
El FA, que gobierna Uruguay desde 2005, está ante las elecciones más reñidas de los últimos tiempos y, según las encuestas, corre un serio riesgo de perder el gobierno y dejar su lugar al opositor Partido Nacional.
Respecto a ello, los entrevistados coinciden en que se debe a múltiples factores y que, pese a que el país atraviesa por un momento de estabilidad económica y está en una mejor situación que los demás países de la región, a veces en los votos juegan otros factores.
«En el relato histórico es muy difícil que el Frente pueda perder en la comparativa de gestiones», opina Di Candia.
Couto, en tanto, expresa que el FA sigue siendo «la primera fuerza política del país» y tras 15 años de Gobierno mantiene un suelo de 35 % de los votantes en las encuestas.
«El FA tiene que gobernar mientras procesa la renovación, piensa programas, gestiona los conflictos de hoy y piensa cuáles se le van a generar en el futuro con las ideas que proponga. Es difícil pero creemos que el Frente tiene todas las condiciones para hacerlo», dice el diputado.
González considera que en Latinoamérica está pasando algo «muy fuerte», ya que cree que hay mucho dinero puesto «en una campaña contra el FA» y otros países de la región quieren un cambio de timón en Uruguay.
Almeida, además, dice que la coalición oficialista carece de «un proceso de autocrítica» sobre qué se hizo bien y qué se hizo mal.
Ante todas estas circunstancias y con un oficialismo que lucha por intentar mantenerse en el Gobierno, esta nueva coalición buscará atraer nuevos votantes, convencer a los defraudados y unir nuevamente a la izquierda de Uruguay.
Federico Anfitti
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