Por Santiago Carbone
Joyas en tiendas de Nueva York, café llegado desde el país del mate, publicidades que recorren el mundo y hasta un proyecto que derivó en una academia deportiva del Atlético de Madrid son algunos ejemplos de exportaciones uruguayas devenidos en éxito.
Ampliar los límites de la nación, buscar oportunidades, obtener el punto de eficiencia que permita manejar un diferencial, llegar a un mercado muchísimo más amplio e introducirse en una aventura, es, de alguna forma, lo que significa para un grupo de exportadores uruguayos vender al exterior.
Agnes Lenoble, Marco Picorel, Daniel Álvarez y Facundo del Castillo viven en carne propia el éxito de llevar sus productos fuera de fronteras, un hecho que, más allá de los beneficios, también les hace enfrentar grandes desafíos.
Para Lenoble, una diseñadora que fabrica joyas contemporáneas con piedras naturales, uno de los principales retos es entender el mercado al que quiere apuntarse para entrar en él.
Para conseguir esto, la joven diseñadora explica a Efe que las principales habilidades que hay que poseer son trabajar y estar «todo el tiempo alerta a lo que pasa» para moverse al compás de eso.
«Desde un escritorio nunca va a salir ninguna oportunidad. La habilidad principal es moverse y estar constantemente trabajando para lograr los objetivos», asegura.
De acuerdo con eso, Picorel, director de Saint Hnos., empresa dedicada al segmento de productos para el desayuno, uno de los primeros desafíos es «analizar previamente las oportunidades» y para ello es fundamental capacitarse.
Ahora, tres años después de iniciar la internacionalización, Saint Hnos. exporta productos para el desayuno a México, El Salvador y Perú, y se acerca a Bolivia y Paraguay.
Dentro de estos, uno es el café, cuya producción es en Uruguay, país conocido mundialmente por el mate, y llega -para orgullo de Picorel- a tierras cafeteras.
Álvarez, productor ejecutivo de Transparente Films, empresa que exporta servicios de producción para el exterior, también se muestra contento al hablar de su trabajo, y subraya que «la flexibilidad» y «la capacidad de adaptación» son las habilidades más importantes para ganar los mercados.
Mediante esta compañía, Uruguay ya ha exportado producciones de películas y publicidades a países como Alemania, Argentina, Brasil, España, México y Polonia, entre otros.
En su misma línea, la empresa Ingenium, una consultora especializada en ingeniería estructural, también lleva sus servicios a Bolivia, Chile, España, Panamá, Paraguay o Perú.
Uno de sus proyectos destacados fue el de la academia deportiva del club Atlético de Madrid en Alcalá de Henares (ciudad vecina a la capital española), cuenta a Efe Del Castillo, fundador de la compañía.
Para él, la venta de productos y servicios uruguayos se logra mediante un diferencial que aporte «valor al cliente».
En opinión de Del Castillo, los uruguayos son «todólogos» y esa versatilidad se destaca.
Asimismo, apunta que para lograr todo esto hay que romper «un montón de barreras personales» y hay que animarse «a salir de la zona de confort».
Quienes lo hicieron obtuvieron beneficios como lograr el reconocimiento de su marca a nivel mundial, tener un complemento para sumar al mercado local, conseguir la posibilidad de estar siempre en la vanguardia con la última tendencia y lograr sostener a lo largo del tiempo el capital humano, puntualizan todos ellos.
Por ello, Lenoble, Picorel, Álvarez y Del Castillo, que explicaron sus casos en un programa de formación en habilidades de exportación, llevado a cabo por Uruguay XXI -agencia de promoción de inversiones, exportaciones e imagen país-, no dudan en asegurar a quienes quieren vender al exterior que en Uruguay «se puede».
Además, los cuatro destacan dicho programa donde, entre otras cosas, aprendieron a evaluar los distintos mercados y a la competencia, a conocer los tratados comerciales que dispone su país, la situación de los diferentes mercados y otras culturas.
Pablo Pereira, gerente de exportaciones de Uruguay XXI, puntualiza a Efe que esta actividad se enmarca en uno de los «objetivos específicos» de su departamento, que, tras varios talleres, llevó a cabo «un programa integral con temas de internacionalización».
Asimismo, resalta que, además de esta, la agencia tiene otras instancias «para ayudar a las empresas a que se inicien en el proceso de la exportación».
Finalmente, Pereira deja un mensaje a las compañías que aún no venden al exterior y piensan en hacerlo, y es que «todo se puede», algo que muchos exportadores ya tienen claro.
Por ello, el país del mate exporta café, ve cómo sus publicidades dan la vuelta al mundo, se enorgullece de un proyecto para el Atlético de Madrid y sabe que sus joyas pueden pasearse por la Gran Manzana.
(EFE)
Comentarios