Por Santiago Carbone
Los jóvenes «no le tienen tanta simpatía al populismo», por lo que esta forma de hacer política va a comenzar a declinar en los próximos cinco o diez años. O eso, al menos, considera el psicólogo experimental canadiense Steven Pinker, un defensor de la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso.
Durante una entrevista con Efe en Montevideo, explica que eso también sucederá porque la gente también se aleja de esas posiciones cuando tiene «un mejor nivel cultural» y está «más urbanizada».
No obstante, Pinker apunta que él no es «un visionario», por lo que evita «hacer profecías» con vistas a un futuro del que sí vaticina que los avances científicos seguirán teniendo mejoras «espectaculares», y en el que también podría haber «sorpresas desagradables» si no se resuelven determinadas problemáticas, como las emisiones de carbono.
De acuerdo con esto, se refiere a la urgencia que genera el cambio climático, así como otras cuestiones dentro de las que enumera la migración, el terror a una posible guerra nuclear, las pandemias, la falta de respeto por el agua, la piratería o el ciberterrorismo.
Para el psicólogo experimental, el diálogo entre los principales líderes mundiales será muy importante para trabajar en estas cuestiones, porque todos ellos tratan de promover los intereses nacionales y «cada vez más» los problemas de los países van a necesitar «colaboración de todos».
«Todos estos son problemas que no se pueden resolver por un país en sus propias aguas, sino que requiere una cooperación mundial», apostilla.
Por otro lado, Pinker también se refiere a la situación que atraviesa América Latina, que califica como «difícil de comprender» porque aún no ha pasado el suficiente tiempo para analizarla con perspectiva.
A su entender, muchas de estas cuestiones son facilitadas por la existencia de las redes sociales, ya que quienes organizan las movilizaciones pueden difundirlas rápidamente.
«Nadie tiene que organizar una protesta repartiendo volantes o de boca a boca. La idea de que va a haber una protesta se puede enviar de manera continua. Las redes sociales pueden ayudar a crear esas manifestaciones, por eso vimos tantas», subraya el canadiense sobre estas formas masivas de comunicación.
Además, se refiere al caso específico de Chile, donde opina que las protestas «no parecen estar relacionadas con medidas de bienestar», porque es un país «exitoso según los estándares latinoamericanos», que tiene «mejor equidad» y una prosperidad «mayor a la promedio».
«Ahora todos están diciendo que estas manifestaciones eran inevitables, que era una bomba que iba a explotar en cualquier momento, pero por supuesto que es muy fácil decir que era inevitable después que ocurrió. Si uno se hubiese preguntado hace un mes dónde sería la próxima sublevación en Latinoamérica, poca gente hubiese dicho Chile», afirma.
El psicólogo experimental canadiense, nacido en 1954, departió con Efe con motivo de su paso por Montevideo, donde brindó una conferencia invitado por SURA Inversiones, en la que habló sobre su publicación más reciente.
Allí trató distintos temas que él considera «valores claves» como la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso, que llevaron a alargar la vida humana y a volverla «más larga, más segura, más pacífica y con mayor riqueza».
Para Pinker, la gente muchas veces no es consciente del progreso, porque su vista del mundo proviene de las noticias y los periodistas «informan de todo lo que sale mal en cualquier lado en el planeta» y no de las cosas buenas como «la paz, la salud y la nutrición».
«Las mejoras son graduales, o sea que va mejorando un poquito, nunca es un jueves de octubre que pasa algo bueno todo junto. Solo cuando uno se pone a mirar los datos se puede apreciar cómo ha mejorado el mundo», concluye.(EFE)