Por Alejandro Prieto y Federico Anfitti
A punto de cumplir 40 años de historia y con 13 estados miembros, la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) constituye el organismo intergubernamental más antiguo y más amplio de América Latina dedicado a impulsar el desarrollo económico y comercial de la región.
La asociación, integrada por los cinco países de la Comunidad Andina (CAN), Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú; los cinco del Mercado Común del Sur (Mercosur), Argentina, Brasil, Paraguay, Venezuela (suspendida) y Uruguay, además de México, Cuba y Panamá, fue creada en 1980.
A pesar de que no es tan conocida como otras asociaciones o bloques comerciales de la región, como el Mercosur, la CAN y la Alianza del Pacífico, la Aladi, con sede en Montevideo, es la organización promotora de la integración latinoamericana con más trayectoria.
Así lo destacó en diálogo con Efe su secretario general, el mexicano Alejandro de la Peña, quien apuntó que dado que 3 de los 13 miembros de Aladi (Argentina, Brasil y México) también son miembros del grupo internacional más relevante en materia económica, el G20, el organismo tiene un rol articulador «muy relevante».
«Los miembros de Aladi juntos generan un PIB de 5,3 billones de dólares», puntualizó.
DE ALALC A ALADI
El secretario de la asociación, que tuvo su antecedente en la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), creada por el Tratado de Montevideo (1960) y activa hasta 1980, recalcó así que, principalmente por medio de dos grandes canales, la liberalización del comercio intrarregional y la complementación económica, la región se beneficia de ALADI.
«Gracias a la Aladi, por ejemplo, los consumidores de los países miembros han podido adquirir productos de mayor calidad y mejor precio y se han generado mayores oportunidades de empleo (…), los productores han ampliado sus mercados», enfatizó.
Como otros beneficios, destacó los acuerdos regionales de apertura de mercados de cooperación científica y tecnológica, y el acuerdo de obstáculos técnicos al comercio.
«También tenemos aquí una conciencia muy grande de la cuestión de género y el empoderamiento de la mujer en el comercio. Ahí hay una gran labor que estamos haciendo para tomar en cuenta esa dimensión», subrayó el secretario.
Según De la Peña, la Aladi facilitó que «casi el 80 %» de los intercambios de mercancías entre los países miembros estén libres de aranceles y eso es «una gran ventaja», tanto para el consumidor como para los operadores de comercio.
Respecto al principal debe del bloque regional, el secretario consideró que «se quedó en la época de los aranceles», ya que los impuestos de importación eran el principal obstáculo para la integración económico-comercial pero «el mundo ha avanzado».
En tanto, consideró que en la integración latinoamericana hay «una paradoja» ya que, al mismo tiempo, existe «una especie de balcanización dentro de la región» que se nota en la cantidad de organismos subregionales.
De la Peña calificó la situación actual de América Latina como «un mal momento» y, para justificar que el organismo no opina sobre temas políticos, argumentó: «Al César lo que es del César y a la Aladi lo que es de la Aladi».
LA «ESCALERA» DE LA INTEGRACIÓN
La profesora adjunta en Derecho Internacional Público y Práctica de Comercio Exterior de la Universidad de la República de Uruguay (Udelar) Magdalena Bas detalló que la Aladi tiene como objetivo «la conformación de un mercado común de forma gradual y progresiva» pero en el Tratado de Montevideo no se establecen los medios para conseguirlo.
«Los procesos de integración pueden ser clasificados en diferentes etapas. Yo generalmente les digo a mis estudiantes que se imaginen que es una escalera; en el nivel básico, en el piso, estaríamos sin integración y en la medida en que vamos subiendo escalones tenemos más», narró a Efe.
Sobre las etapas, señaló que una primera es la zona de preferencias arancelarias, la segunda es zona de libre comercio, la tercera es una unión aduanera y la última es un mercado común.
«Aladi lo que busca es ser un mercado común; sin embargo, los mecanismos únicamente le permiten llegar a la etapa inicial, o sea el primer escalón que es la zona de preferencias arancelarias», apuntó.
Por otro lado, la académica opinó que hoy la Aladi abarca «una multiplicidad de temas económicos» que cada vez se van acercando más a los temas del momento y destacó que, entre otras cosas, el organismo trabaja con certificados de origen digitales.
Por su parte, el embajador de Ecuador en Uruguay -que también lo es ante la Aladi-, Galo Galarza, recalcó que para su país este organismo es un mecanismo clave.
«Es a través de Aladi que nosotros prácticamente hemos negociado todos los acuerdos comerciales con América Latina y algunos países del Caribe (…) Da un servicio, sin dudas, práctico y efectivo a nuestros países de tal manera que Ecuador valora muchísimo la existencia de Aladi», apostilló.
A eso añadió que en el futuro lo que pretende del bloque es una mayor participación, por ejemplo, de sectores empresariales y académicos.
La asociación celebra cada año en un país miembro la Expo Aladi, encuentro que permite intercambios entre empresarios y comerciantes que exhiben allí sus productos y generan nuevos negocios. La última tuvo lugar en octubre pasado en Bucaramanga (Colombia).
«La Expo Aladi para nosotros es una vitrina que nos da la oportunidad de poder vender y dar una imagen de lo que realmente está sucediendo aquí», señala el titular de la Confederacion de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo de México, Carlos Rangel, en un video resumen de antiguas reuniones, cedido por el organismo.
También el empresario Manuel Villavicencio explica, entre esos casos de éxito, que esa instancia de intercambio permite que pequeñas y medianas compañías tengan «opciones de desarrollar muchas otras marcas de otros países».
(EFE)