Por Antonio Torres del Cerro
«Nos va a llevar años, espero que no muchos, recuperar lo perdido en la última década en Cataluña, que ha sido muy mala», sostuvo en una entrevista con Efe el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
Zapatero, presidente del Ejecutivo entre 2004 y 2011, habló con Efe al margen del congreso del Partido de Trabajadores (PT) del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, celebrado este fin de semana en la Casa de Portugal de Sao Paulo.
En la entrevista, el antiguo líder socialista español abordó la crisis catalana y las negociaciones para la investidura del también socialista Pedro Sánchez, quien busca la abstención de la formación independentista catalana Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para poder gobernar en España.
Asimismo, opinó sobre los tumultos sociales que atraviesan Chile, Bolivia, Colombia y Venezuela, país este último en el que Zapatero ejerció de mediador durante los últimos años, y contó su reencuentro con Lula, quien salió de la cárcel hace dos semanas.
P. ¿Cómo explicaría lo que sucede en Venezuela para un lego?
R. Lo que hemos vivido en los últimos días es un intento de tumbar un gobierno con sanciones económicas, que solo han hecho daño a los ciudadanos con el apoyo a una oposición que intentaba, supongamos por la vía de los hechos, llegar al gobierno (…) es una vía fallada, la apuesta de (Donald) Trump es fallida.
P. Daban seis meses al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuando se recrudeció la crisis a inicios de año.
R. Ójala la mesa nacional creada para el diálogo siga avanzando, las agendas electorales, ójala las sanciones económicas lleguen a su conclusión, como ha pasado con muchos países, que lo único que se ha logrado es dañar económicamente a la gente, a la gente corriente que sufre.
P. ¿Cómo ha visto a Lula (salió de la cárcel después de un año y siete meses beneficiado por un cambio de criterio del Supremo?
R. Lo primero que llama la atención es lo bien que está físicamente, está delgado, se nota que se ha cuidado y, por supuesto le he visto con ese ímpetu y esa voluntad de lucha política que siempre le han caracterizado con el objetivo de recuperar al PT y hacerle de nuevo un partido ganador.
P. Además de Bolivia, donde Evo Morales fue forzado a dejar la presidencia por las Fuerzas Armadas, Chile y Colombia son otros países latinoamericanos en convulsión. ¿Qué sucede?
R. En Chile me parece que ir a proceso Constituyente es razonable, ha contado con el apoyo unánime de las fuerzas políticas. Lo que ha habido es un profundo e intenso malestar social (…) La gran cuestión pendiente de lo que uno deduce en Chile es la cuestión social, la cuestión de las desigualdades, es la cuestión de los servicios públicos, es la cuestión de las pensiones públicas. En Colombia, acabamos de percibir también una protesta, una reacción social, una expresión que seguramente tiene una cuestión social latente en un país que económicamente tiene buen desempeño y algo más profundo (…) Es muy lacerante el número de líderes sociales, campesinos que son asesinados.
P. El conflicto catalán comenzó a gestarse en el final de su segunda legislatura (2008-2011), ¿qué recetas hay para apaciguarlo?
R. La respuesta, que es la más democrática, por cierto, y la más fiel a la idea de la unidad de la España democrática, es la del diálogo, el reconocimiento de entenderse, de superar prejuicios, de buscar fórmulas interactivas para recuperar los afectos.
P. La negociación para la investidura de Pedro Sánchez puede acabar dependiendo de ERC, partido con el que usted ya negoció. ¿Le da algún consejo a Sánchez?
R. Es siempre bastante equivocado dar consejos que no te han pedido. Solo le diré a Esquerra, que es un partido con historia, y por eso mismo es un partido con responsabilidades y obligaciones, de vínculos, de raíces, que sabe muy bien cuál es la situación de España y la necesidad que tenemos de que haya un gobierno. Y es evidente que el único gobierno es el de la suma de PSOE y Podemos con la abstención de Esquerra Republicana (…) Nada empezará ni nada acabará el día de la investidura, lo que daremos es un paso positivo para ese diálogo que yo defiendo nos va a llevar mucho tiempo, seguramente años, espero que no muchos, pero años, para recuperar los últimos diez años, que han sido muy malos, en Cataluña, para Cataluña, pero para el conjunto de España también.
(EFE)
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