Por Federico Anfitti
Uruguay vivió este domingo una de las jornadas electorales más reñidas de su historia, en las que todavía no se sabe quién será el que lleve las riendas del país por los próximos cinco años: Luis Lacalle Pou, por el Partido Nacional (PN) o Daniel Martínez, del Frente Amplio (FA).
En una elección en la que se preveía un claro favoritismo para el líder de la oposición, Lacalle Pou, debido a la «coalición multicolor» que formó con los representantes de la gran mayoría de los partidos políticos que obtuvieron representación parlamentaria en la primera vuelta, todo cambió en las últimas horas.
Los rostros de alegría que dominaron los primeros momentos en la sede del candidato del PN se transformaron en preocupación al notar que la diferencia no iba a ser la esperada y que el duelo no estaba definido.
En el FA, en tanto, pasó todo lo contrario y lo que se esperaba que fuera una especie de velorio se transformó en un gran jolgorio acompañado de música, cantos y gritos de los miles de fieles frenteamplistas.
Un día después de las elecciones, el resultado continúa incierto y la Corte Electoral no pudo decir cuál de los dos candidatos es el próximo presidente de los uruguayos debido a que la diferencia entre ambos (28.666 votos) es menor a los votos observados (35.229 votos).
Los sufragios ‘observados’ son los de aquellas personas que votan en diferente lugar a su circuito original por algún motivo justificado.
Lo que quedó claro con el 100 % escrutado es que el país quedó polarizado entre la izquierda y la derecha y la duda es si esto podría transformarse en una grieta o llegar a ser un complemento entre ambas posiciones ideológicas.
LA SORPRESA Y SUS EXPLICACIONES
Este resultado fue una sorpresa para todos los analistas y las encuestadoras, ya que «no estaba en los planes de nadie», según explicó a Efe el politólogo uruguayo Antonio Cardarello.
El experto señaló que algunas de las explicaciones pueden ser la «mayor sensibilidad» mostrada por Martínez en las últimas semanas con respecto a algunos temas como la seguridad y la cantidad de propuestas del candidato «dirigidas a nichos específicos».
Asimismo, el docente en Ciencia Política de la Universidad de la República (Udelar) destacó que el FA apuntó en este periodo de tiempo a captar las alas progresistas del PN y del Partido Colorado (PC, centroderecha) que «no podían votar» a un candidato como Lacalle.
«Sobre todo en una coalición donde estaba la derecha más autoritaria, asociando la figura de Guido Manini Ríos no solo con las Fuerzas Armadas sino en algunas expresiones, como la que se dio el último fin de semana previo a la elección, que tenía reminiscencias de la dictadura», dijo en relación a un vídeo del excandidato por Cabildo Abierto (CA, derecha) y excomandante del Ejército en el que llamó a los militares a votar contra el FA.
Además, consideró importante «la debilidad de la coalición» -integrada por el PN, el PC, el CA, el Partido Independiente (PI, centroizquierda) y el Partido de la Gente (PG, derecha)- que mostraron muchas diferencias en ciertos temas.
Por su parte, el también politólogo Alfonso Lessa destacó a Efe que Lacalle Pou va a tener «amplia mayoría en el Parlamento» y no cree que en los primeros años haya problemas para que la coalición funcione.
Respecto a la explicación de los resultados, Lessa coincidió en la influencia que tuvo el vídeo de Manini y opinó que el voto de los uruguayos que vinieron desde otros países a sufragar «tuvo una influencia mayor de la esperada».
EL «EFECTO ATOCHA»
El politólogo y presidente de la encuestadora uruguaya Factum, Óscar Bottinelli, comentó a Efe que el incremento inesperado que tuvo el FA en los resultados finales puede asociarse al llamado «efecto Atocha», en alusión al cambio electoral que provocó el atentado islamista en España en 2004.
La manipulación del Gobierno de José María Aznar en los primeros instantes posteriores al atentado provocó un aumento del voto al Partido Socialista, que ganó las elecciones, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente.
Para el experto, los uruguayos cambiaron su voto en los últimos días a raíz de algunos hechos que asustaron a votantes de la coalición como el vídeo de Manini y un editorial de una revista del Centro Militar, en el que se atacó duramente al FA con tono amenazante.
«No fue un desarrollo normal de vuelco del electorado, sino que obedeció a hechos extraordinarios que, en general, se vinculan como ‘shock’, como impacto», apuntó.
LACALLE POU, EL GANADOR SALVO UN MILAGRO
Si bien la Corte Electoral no lo ha confirmado, el Gobierno tampoco habla de ello y los candidatos mantienen la cautela, todos los expertos coinciden en que Lacalle Pou será el próximo presidente de Uruguay.
La diferencia entre ambos candidatos hace que 9 de cada 10 votos observados tengan que ir para Martínez si quiere convertirse en mandatario electo.
«El país quedó muy parejo y no hay una mayoría triunfante contra una minoría derrotada, sino una mitad un poquito mayor que una mitad un poquito menor», apuntó Bottinelli.
Lessa sentenció que la pronunciación oficial de la Corte «a esta altura es una formalidad», debido a que le parecería «un milagro» que Martínez obtuviera más del 90 % de los votos observados.
«En todas las últimas elecciones, la mayor parte de los votos observados han ido al Partido Nacional», añadió.
Finalmente, Cardarello subrayó que para Lacalle Pou este es el escenario «de victoria menos favorable» porque ganará con una mayoría muy ajustada.
«Acá tenemos un presidente que fue la mayoría pero tuvo muy pocos votos de diferencia sobre su rival. La suma de sus votos, si tomamos los emitidos (donde se agregan los blancos y anulados), no llegó al 50 %; entonces tiene un problema de origen de su aceptación como presidente», concluyó.
(EFE)
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