Por Concepción M. Moreno
Luis, que siempre se consideró rebelde en el seno de una familia patricia, decidió separarse de su apellido para la campaña electoral de 2019 y emprender una carrera sin el peso de su linaje político a la espalda, aunque orgulloso de él. Así apareció en toda la cartelería durante estos 9 meses: solo Luis.
Cinco años atrás, Luis Lacalle Pou había perdido en la segunda vuelta de las elecciones frente al actual mandatario, Tabaré Vázquez; tras superar aquel revés, se despojó del abrigo paterno para avanzar en solitario hacia un sueño: alcanzar la Presidencia.
El senador del Partido Nacional (PN, centroderecha), uno de los dos históricos de Uruguay -con 183 años de vida, como el Partido Colorado (PC, centroderecha)-, está inmerso en la política desde 2000, cuando llegó al Parlamento como diputado.
Según dijo en entrevista con Efe, la política para él fue «poder cambiar un chip de rebeldía negativa a rebeldía positiva, representó la posibilidad de ser una mejor persona».
Este abogado, formado en el British School y en la Universidad Católica, nació el 11 de agosto de 1973 (46 años), segundo hijo del que fuera presidente de Uruguay Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995) y de la exsenadora Julia Pou.
Por sus venas corre la sangre de Luis Alberto de Herrera, una de las principales figuras políticas del siglo XX en el país suramericano y bisabuelo suyo.
En 2013, cuando todavía no era demasiado conocido, decidió ir tras los pasos de su padre y se lanzó a la precandidatura por el partido «blanco».
Lo que parecía imposible, ya que Jorge Larrañaga -que fue candidato por el PN en 2004 y precandidato en 2009 cuando cayó ante Lacalle Herrera- era amplio favorito, se convirtió en realidad y Luis Lacalle Pou se transformó en el candidato de su partido.
En aquellas elecciones de 2014 no pudo hacer nada frente a Vázquez, quien alcanzó sin problemas su segundo periodo de gobierno (2005-2010 y 2015-2020).
En la campaña de 2019, tuvo que luchar en las internas del PN con, entre otros aspirantes, la aparición de una figura emergente, el empresario Juan Sartori -hoy senador electo-, quien no pudo, pese a sus millonarios esfuerzos, derrotar al favorito.
Lacalle Pou ha llevado adelante una campaña electoral basada en la idea del «cambio» tras el desgaste del Frente Amplio, la coalición de izquierdas que gobierna Uruguay desde 2005, que tuvo como candidato a Daniel Martínez, quien mostró debilidades como oponente, especialmente en los «cara a cara» televisivos.
El niño que tuvo problemas de crecimiento en su infancia, como reveló en el programa «De cerca» durante la campaña electoral, y que estaba apasionado por el océano -lo que lo llevó a practicar surf y a ser un «biólogo marino frustrado»- llegó al máximo nivel en la política y, desde el 1 de marzo de 2020, será jefe de Estado.
Casado con Lorena Ponce de León, atravesó un proceso difícil cuando no llegaban los deseados hijos, hasta que un tratamiento de fertilidad exitoso resultó en el nacimiento por fecundación in vitro de sus hijos mellizos Luis Alberto y Violeta, a los que luego se sumó un tercero, Manuel.
Sobre ellos, Lacalle Pou dijo que, en parte por el carácter «liberal» de su esposa, son «mucho mejores hijos» de lo que él fue para sus padres, que, cuenta, lo educaron juntos pero desde roles distintos y con su madre como principal sostén familiar.
Hace 30 años, cuando era adolescente, vivió en la residencia presidencial, cuando su padre ejerció el cargo, la última vez en que los nacionalistas estuvieron en el Gobierno. Ahora le llega el turno a él, el hijo rebelde que se dejó el apellido atrás para continuar con la tradición familiar.
(EFE)
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