Por Eduardo Davis
La ciudad brasileña de Bento Gonçalves se prepara desde este martes para la cumbre semestral del Mercosur, que llega a la cita con una agenda pendiente en lo comercial y económico, pero con dudas sobre los próximos cambios de Gobierno en Argentina y Uruguay.
«Será una cumbre de transición y no se pueden esperar resultados concretos», dijo a Efe un diplomático brasileño, en referencia a que en el encuentro presidencial de este jueves no estarán representados los mandatarios electos de Argentina, Alberto Fernández, y Uruguay, Luis Lacalle Pou.
Aún así, los técnicos de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay prosiguieron este martes la discusión sobre una futura revisión del Arancel Externo Común (AEC), que tiene un máximo del 35 %, está en vigor desde hace 25 años y hasta ahora no ha sido alterado.
Según fuentes consultadas por Efe, la intención sería reducirlo gradualmente a la mitad para darle más competitividad a los cuatro países, pero ese debate solo podrá ser concluido una vez que empiece a participar en el bloque el nuevo Gobierno argentino, que asumirá el próximo 10 de diciembre.
Fernández, peronista de centroizquierda, aún no ha aclarado cuál será su posición en ese sentido, pero algunos Gobiernos del bloque, como el de Brasil, presidido por el ultraderechista y liberal Jair Bolsonaro, temen que pueda llevar a la Argentina hacia una nueva fase de proteccionismo.
LOS ARANCELES DE EE.UU. AL ACERO Y UNA DIFÍCIL RESPUESTA COMÚN
La decisión anunciada por Estados Unidos de volver a imponer aranceles a sus importaciones de acero y aluminio procedentes de Brasil y Argentina tras las fuertes devaluaciones monetarias en ambos países tomó por sorpresa al Mercosur en vísperas de la cumbre.
Sin embargo, al menos hasta ahora no se espera el inicio de una conversación interna formal en el bloque por las mismas razones que mantienen en suspenso mucha de la dinámica regional. El presidente argentino, Mauricio Macri, «viene a despedirse» y cinco días después de la cumbre asumirá Fernández, dijo a Efe una fuente brasileña.
Frente a esa situación, y a los duros cruces de declaraciones por divergencias ideológicas entre Fernández y Bolsonaro, tanto Brasil como Argentina han iniciado contactos con Estados Unidos, pero cada uno por su lado, para intentar revertir la decisión del presidente Donald Trump.
LA ECONOMÍA DEBERÁ ESPERAR
El análisis de coyuntura que los técnicos realizaron a puertas cerradas será seguido este miércoles por una reunión de cancilleres de los cuatro países del bloque, que terminarán de dar forma a los documentos que los presidentes firmarán el próximo jueves.
Diplomáticos de los cuatro países coincidieron en que ese debate tendrá un cariz más político y que los asuntos económicos deberán esperar, una convicción que incluso ha llevado a rebajar el nivel de un encuentro de ministros de Economía previsto para este miércoles, que ahora reunirá solo a técnicos de esa área.
Aún así, Paraguay, que en esta cumbre recibirá de manos de Brasil la presidencia semestral del bloque, comenzó a presentar a nivel técnico sus propuestas para el primer semestre de 2020.
Según dijeron a Efe fuentes oficiales, además de impulsar el proceso de revisión del AEC, el Gobierno de Mario Abdo Benítez se propone también acelerar los trámites para la ratificación del acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) y las tratativas que, en ese mismo sentido, existen con Canadá, Corea del Sur y Singapur.
LA SEGURIDAD SE REFUERZA EN LA TIERRA DEL VINO BRASILEÑO
La tranquila ciudad de Bento Gonçalves, un provinciano rincón del sur de Brasil en cuyos alrededores se producen muchos de los mejores vinos del país, ha recibido un fuerte refuerzo de seguridad frente a lo que será el mayor evento político en la historia de la región.
Aunque no se ha confirmado en qué número, la fuerte presencia de policías y militares era notable incluso en torno a un pórtico que da la bienvenida a «La Tierra del Vino».
Para la cumbre ya se ha confirmado la asistencia del argentino Macri, el paraguayo Abdo Benítez y la vicepresidenta uruguaya, Lucía Topolansky, quien representará al mandatario Tabaré Vázquez, que no estará en su última cita del Mercosur por el cáncer que padece.
Los mandatarios se alojarán y sostendrán todas sus reuniones en el hotel «Spa del Vino», situado en las afueras de la ciudad y con los accesos ya restringidos desde este martes.
La presencia del vino en esta cumbre llegará a tal punto que el centro de prensa estará ubicado en instalaciones de la bodega Miolo, productora de algunos de los mejores caldos de Brasil y situada a unos 500 metros del hotel reservado para los gobernantes.
(EFE)
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