Por Elio García
El Dr. Jorge Mota lenta pero fuertemente viene dando pasos «diferentes» a otros sectores, en la conformación de una personalidad política para liderar dentro del Frente Amplio de cara a conquistar las municipales de 2020.
La primera señal es que Mota viene trabajando de acuerdo a su agenda y sus prioridades.
Se desmarcó del tema «audios de Moreira» que embreta a gran parte del Frente Amplio de Colonia, llevando a la fuerza política a hablar solo de eso y olvidar primero el eje de lo que fue la campaña que se perdió a nivel nacional y en focalizarse ahora exclusivamente en mencionar a su contrincante blanco en problemas.
Parecería que consiguiendo el jaque a Moreira la irrupción frenteamplista al Palacio Municipal de General Flores llegaría por añadidura. Y eso es temerario.
Mota claramente piensa distinto y lo hace tibiamente por el momento hablando de otros temas, dialogando con la juventud por ejemplo y mencionando diversos temas en las redes sociales. Siempre con un talante conciliador, respetuoso y medido. Mota no discute nunca.
Los que se quedan sin cargos
Para llegar a la Intendencia se necesita de equipo y para eso la segunda gran estrategia de este candidato es valerse de funcionarios de confianza del actual gobierno nacional que trabajando en territorio ahora se quedarán en los próximos meses sin trabajo. Por el natural cambio de gobierno.
Desde el propio candidato que es Director Departamental de Salud, pasando por el Dr. Eugenio Petit con responsabilidades también en esa cartera, la Directora del Mides Colonia Irene Álvarez, Cristian Pos ligado al Ministerio de Turismo, el Dr. Marcos Musselli Zanotta Director de la RAP Colonia: personas que han trabajado para el Estado en forma indirecta, o incluso se han visto beneficiados por diversos programas oficiales, y cuyos puestos o trabajos van a ser tomados por otras personas, como también muchas funciones quedarían sin efecto; Mota los incorpora a su equipo. Les da una posibilidad laboral en sus futuros inciertos.
Hay un incentivo y mensaje a muchas de esas personas, que dicha militancia no solo estaría dirigida a los valores intangibles, o al trabajar por la causa. Está la posibilidad de reingresar a la función pública en cargos de confianza ahora con formato departamental, todo si logran el objetivo.
Esto es un fuerte estimulo para trabajar hacia mayo del 2020 por parte de estos mandos medios, señaló un analista político a nuestro medio.
Para muchos la ficha que cambió el gobierno aún no cayó, principalmente a quienes sustentan sus ingresos trabajando para el Estado con cargos de confianza, zafrales, etc.
Fortalezas y debilidades
La dinámica electoral ha cambiado mucho en el Uruguay, ¿funcionará nuevamente la lógica que en las departamentales el Frente Amplio vota peor?, eso nadie lo puede predecir. Es una elección abierta.
La fortaleza de Mota radica en que se lo ve metido en los temas municipales, el talón de aquiles o la mayor debilidad tal vez sea utilizar funcionarios que fueron de confianza del gobierno nacional, que a su vez aparece como lo más novedoso y si se quiere lógico en consolidar un equipo que tiene mucho que perder si pierden y mucho que ganar si ganan.
El equipo de Mota está integrado por muchos de los que el director de Ceres, Guillermo Tolosa denomina el grupo de personas «que se le vienen malas noticias.»
Son los que la van a pasar mal, se les termina el cargo de confianza y se les aproxima más temprano que tarde malas noticias.
Muchos de ellos, son a modo de ejemplo aquellos que han trabajado en programas contratados a través de ongs en múltiples asesorías, integran el grupo directo de personas en donde Luis Lacalle Pou apunta a ahorrar US$ 900 millones anuales.
¿Usted no dejaría el alma en la cancha por conseguir otro trabajo, si se le termina el puesto de confianza o ese changüí que tenía?