Por Elio García /
Ya hace varios años que Estela se fue de la oficina de Correo de Carmelo. Cualquiera que sea cliente asiduo de esa oficina estatal debe tener un recuerdo de ella.
Estela era una mujer comprometida con su trabajo. Una trabajadora meticulosa, detallista y observadora. Una funcionaria pública de la vieja guardia. A veces podía parecernos demasiado estructurada en sus obligaciones, pero en un mundo donde muchas veces las cosas se atan con alambre, la actitud diaria de esta funcionaria puede incluso haber sido incomprendida por algunos.
Conocí a Estela, en mi caso como cliente del Correo Uruguayo en su sede carmelitana. Recuerdo particularmente un problema que tuve con un envío al exterior. Ella me sorprendió con un seguimiento personalizado al extremo, con varias llamadas telefónicas a mi casa, demostrando claramente que solo una persona que amaba el trabajo podía tener esa sistemática forma de insistir y solucionar problemas.
Estela no sabe que hace poco una persona que se formó en la Oficina de Carmelo con ella, me pidió que escribiera unas palabras sobre su trabajo y las cosas que sembró como Jefa desde 1992 hasta 2012. Y acepté el desafío, porque la conocí.
Estela: te escribo porque creo que a pesar de ser tarde tienes que saberlo.
Me dijeron que estuviste 20 años como jefa, jamás te pagaron el cargo. Sabías como nadie y eras derecha y honrada. Me contaron que amabas tu trabajo y que nutriste con tu forma de ser en la función pública a por lo menos una persona. Dice ella que tu le enseñaste a valorar el trabajo.
Estela, la letra escrita queda para siempre, hoy no puedes leer esto que dicen personas que trabajaron contigo.
El tránsito por la vida tiene finales, dicen que ella murió hace un par de semanas. Pero ya ven, hay cosas que no mueren. Que la vida es porfiada y a veces la muerte pierde porque el recuerdo permanece en la memoria.
Estela, hagamos como que esto es una carta perdida que llega al correo. Y tiene este mensaje que el destinatario nunca podrá leer.
Estoy seguro, que donde estés, vas a descubrir que es una carta para ti y porfiadamente vas a intentar leer cada palabra aquí escrita. Seguro te vas a poner muy contenta.
Estela Mary Centurión Pujol falleció el 12 de enero de 2016.