El presidente electo de Uruguay, Luis Lacalle Pou, aseguró este martes a la prensa que la Emergencia Nacional en Materia de Violencia de Género, decretada este lunes por el presidente en ejercicio, Tabaré Vázquez, carece de medidas concretas para llevarla a la práctica.
«Lo que yo he opinado de este gobierno durante estos años permanece incambiado, sin intención de ingresar en polémicas, esta emergencia no es nueva y cuando uno declara una emergencia supone medidas prácticas al respecto», expresó quien será el presidente de los uruguayos a partir del 1 de marzo de 2020.
Además, sostuvo que falta lo mismo que le ha faltado a las acciones del gobierno en los últimos años: presupuesto.
«Estos que son temas muy delicados, cuando desde el gobierno se toma una acción de este tipo lo que uno espera después son hechos en la realidad», subrayó.
Para Lacalle Pou una emergencia, sobre todo en temas «tan sensibles» tiene que tener medidas ahora y no dentro de tres meses cuando él asuma el gobierno.
«Declarar una emergencia tiene que necesariamente traer medidas aparejadas en tiempo real, esto no es un tema de transición», consideró.
La Emergencia Nacional decretada por Vázquez supone una serie de medidas como la «implementación inmediata» de reuniones a alto nivel entre Presidencia, la Suprema Corte de Justicia y la Fiscalía General de la Nación para fortalecer las coordinaciones y brindar «mayor eficiencia al proceso».
También se decidió ampliar el programa de tobilleras electrónicas mediante la adquisición de 200 unidades más y difundir medidas de protección dirigidas a mujeres mediante campañas de Bien Público.
Por otra parte, Lacalle Pou habló acerca del próximo gobierno y aseguró que la ciudadanía va a tener «mucha información» y que la opinión pública sepa el diagnóstico del futuro Ejecutivo sobre la situación del país.
Lacalle Pou también se tomó unos minutos para dejarle un mensaje a los uruguayos de fin de año y les dio «un enorme agradecimiento» a quienes lo apoyaron, los que trabajaron y los que entendieron que «había un cambio de paradigma en la política» tras buscar un acuerdo entre varios partidos.
«Significa tener claro que primero está el país, segundo está el partido y tercero están las personas, reconocer al fin y al cabo al país todo que estos procesos electorales que nosotros tenemos que valorar, cuidar, porque sea natural no tenemos que dejar de valorarlo», apostilló.
Finalmente, dijo que recién ahora comienza la parte «trascendente e importante» para él y su equipo que será cumplir y «hacer que las cosas pasen».
«Los presidentes tienen que correr el mismo destino que su pueblo. No creo en los presidentes personajes que gozan de popularidad cuando su pueblo sufre. El bien de un dirigente político se mide en el espejo del pueblo, no en su espejo y esa es la presión que uno siente, el desafío que uno tiene y la imposibilidad de fracasar porque el fracaso de un gobierno significa que el pueblo esté peor», concluyó.
(EFE)
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