Aliados internacionales de Juan Guaidó, reconocido por más de 50 países como mandatario interino de Venezuela, condenaron y calificaron de «golpe» y «farsa» la elección este domingo por parte del chavismo de un nuevo jefe del Parlamento, en una sesión a la que le impidieron entrar al líder opositor.
Diputados chavistas eligieron hoy a Luis Parra, antiguo miembro del partido opositor Primero Justicia, en un bronco y breve debate al que no pudo asistir Guaidó, quien buscaba la reelección como jefe del Parlamento y que fue retenido durante horas por la Policía en los alrededores del Palacio Legislativo.
Horas después de la elección de Parra, Guaidó abrió una sesión improvisada en la que un centenar de legisladores de oposición aprobó su reelección como jefe del Parlamento, un rol que ocupaba desde enero del pasado año y que le permitió proclamarse presidente interino de Venezuela con base en una interpretación de varios artículos de la Constitución venezolana.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien ha expresado en numerosas ocasiones su apoyo inquebrantable a Guaidó, condenó los «actos de violencia» y «cualquier acción de usurpación realizada contraria a la legitimidad constitucional y a las mayorías» del Parlamento venezolano.
Asimismo los países del Grupo de Lima rechazaron el resultado de la elección al condenar «el uso de la fuerza por el régimen dictatorial de Nicolás Maduro» para impedir que diputados puedan «acceder libremente» a esa reunión.
«La Asamblea Nacional tiene el derecho constitucional de reunirse sin intimidaciones ni interferencias para elegir a su presidente y directiva, por lo que desconocemos el resultado de una elección que vulnera esos derechos y que se ha dado sin la plena participación de los diputados que acudieron a la sesión», señaló un comunicado del Grupo de Lima difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú.
Mientras Estados Unidos, uno de los mayores críticos del Gobierno de Maduro, calificó de «farsa» la votación y reafirmó su respaldo a Guaidó, al que dijo que seguirá considerando «presidente interino» de Venezuela.
«Las acciones desesperadas del antiguo régimen de Maduro, impidiendo ilegalmente por la fuerza la entrada al edificio de Juan Guaidó y de la mayoría de los diputados de la Asamblea Nacional, ha hecho que el ‘voto’ de esta mañana, que carece de quorum y no cumple con los estándares constitucionales mínimos, sea una farsa», consideró el encargado de Latinoamérica en el Departamento de Estado de EE.UU., Michael Kozak
En esto coincidió el canciller de Brasil, Ernesto Araújo, al subrayar que su país no reconocerá el resultado de esa votación, en la que se impidió «a la fuerza» la reelección de «Juan Guaidó para la Presidencia de la AN y del Gobierno interino, crucial para la redemocratización del país».
En la misma línea, el Gobierno del derechista Iván Duque aseguró que el «resultado de un proceso de elección de la mesa directiva realizado de manera fraudulenta, sin transparencia ni garantías, no será reconocido por el Estado colombiano».
Antes de la sesión, esperada desde hace meses como un nuevo pulso entre Gobierno y oposición, los alrededores del Palacio Legislativo fueron tomados por la Policía y la Guardia Nacional Bolivariana, que pusieron numerosos controles tanto a Guaidó como a otros diputados que lo acompañaban para el ingreso.
El canciller chileno, Teodoro Ribera, lamentó esos incidentes, que describió «actos intimidatorios de la dictadura de Nicolás Maduro en contra de los diputados elegidos democráticamente y en pleno ejercicio de la AN».
Para el mandatario ecuatoriano, Lenín Moreno, el hecho representó, además, «un atropello» contra Guaidó y «una nueva muestra del autoritarismo del régimen de Maduro» que «aleja aún más a Venezuela de la senda democrática que el mundo entero le augura».
En tanto, el canciller de Paraguay, Antonio Rivas, aseguró que hoy «se ha atentado una vez más contra el último bastión democrático subsistente en Venezuela y muestra una vez más las intenciones de Maduro y sus allegados de evitar, a cualquier costo, el desarrollo de comicios libres y transparentes en el seno de la Asamblea Nacional».
Mientras el Gobierno interino de Bolivia, que asumió tras la renuncia de Evo Morales -histórico aliado de Maduro-, rechazó también la «manipulación e intervención» en el Parlamento de Venezuela y ratificó su apoyo a Guaidó.
Una respuesta similar emitió Costa Rica, que además de calificar de «inaudita y burda maniobra» el impedimento de entrada a Guaidó, advirtió que no reconocerá «ninguna representación que pretenda el régimen de Maduro, pues carece de toda legitimidad».
Una crítica a la que se sumó el líder del partido español Vox (ultraderecha), Santiago Abascal, quien indicó que «los socios de Pablo Iglesias, Zapatero y Sánchez dan un golpe institucional en Venezuela para hacerse con el Parlamento».
REACCIONES INTERNAS
Tras la controvertida elección, el diputado Luis Parra afirmó que no van «a seguir enganchados en el pasado».
«Juan Guaidó para nosotros es el pasado y tenemos que abrirle la puerta al futuro», agregó.
En respuesta, el coordinador de Primero Justicia, el partido del líder opositor Henrique Capriles y al que pertenecía Parra, señaló: «Ellos (Parra) no representan al pueblo venezolano, es una maniobra para tratar de imponer a un grupo de cómplices de Maduro y su régimen en la Asamblea Nacional».
Y el grupo Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex) calificó desde EE.UU. como un «golpe» al Parlamento la elección de Parra y culpó a Guaidó por haber permitido la reincorporación en 2019 de diputados que hoy votaron para removerlo. (EFE)
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