El Puerto de Montevideo recibió la visita del «Kruzenshtern», el histórico buque escuela ruso de 93 años que se encuentra en una «travesía transatlántica» para celebrar los 200 años del descubrimiento de la Antártida.
Así lo contó este domingo a Efe el capitán del navío, Mijail Eremchenko, quien describió como «un orgullo y un honor» participar de esta aventura en homenaje a un hecho tan importante como el descubrimiento del continente helado por parte de Fabian von Bellingshausen y Mijail Lazarev.
«Rendimos homenaje a los logros que hicieron los navegantes rusos, recordamos la historia de la flota rusa y confirmamos que sigue existiendo y sigue vigente. Recordar de nuevo de que la Antártida fue descubierta por navegantes rusos y hablar a todo el mundo sobre la historia de los logros de nuestros compatriotas para mi es muy importante», afirmó.
El imponente buque ruso tiene una capacidad para albergar a 200 tripulantes y hoy cuenta con 60 personas de la tripulación y 120 estudiantes a bordo.
El barco lleva dos meses en viaje y ya recorrió España y Brasil y permanecerá en la capital uruguaya hasta el 4 de febrero, cuando partirá hacia Ushuaia (sur de Argentina).
Para Eremchenko esta travesía del Kruzenshtern es «muy importante» y de ella va a quedar un recuerdo «muy brillante» ya que el objetivo central es «no permitir que se cambie la historia».
«También es importante que le rendimos homenaje a los dos almirantes rusos que estaban navegando hacia el vacío, hacia tierra incógnita y descubrieron el nuevo continente que es un logro entonces lo más importante de este viaje es que recordamos la historia tal cual fue», subrayó.
Con respecto a la vida a bordo de un barco de estas características el capitán, que ya lleva 25 años navegando en él, reconoció que en el mar «no hay nada fácil» y siempre surgen dificultades pero esos retos los hacen más fuertes.
Sobre navegar con tantos estudiantes explicó que las primeras dos o tres semanas son las más difíciles porque es la primera vez que están lejos de las familias y les cuesta adaptarse.
Sin embargo, una vez que entienden la disciplina y el orden que necesitan y se adaptan a la vida marítima normal ya los puede nombrar «lobos marinos verdaderos» a todos ellos.
Durante sus días en Uruguay el buque abrirá sus puertas para que tanto los uruguayos como los miles de turistas que están veraneando en la capital puedan subirse, recorrer las instalaciones y tomarse fotos. (EFE)