El presidente de Argentina, Alberto Fernández, expresó este jueves sus dudas sobre si podrá asistir el 1 de marzo a la asunción de su par uruguayo, Luis Lacalle Pou, debido a que ese mismo día tiene que dar en Buenos Aires el discurso en la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso argentino.
Este hecho también puede afectar a la eventual reunión con su par de Brasil, Jair Bolsonaro, quien propuso ayer a Fernández mantener una reunión el primer día de marzo en Montevideo, aprovechando la investidura del mandatario uruguayo.
«Yo no sé si voy a poder ir ese día a Montevideo porque el 1 de marzo se inauguran las sesiones ordinarias en el Congreso y el presidente da su famoso discurso de Estado», explicó el presidente argentino en Radio Rivadavia.
Fernández lamentó esta coincidencia de calendarios porque le «encantaría» poder acompañar a Lacalle Pou, con quien mantiene una buena relación personal.
En cuanto a su encuentro con Bolsonaro, aseguró: «Si no puedo viajar ese día, le voy a proponer el siguiente».
El canciller argentino, Felipe Solá, sacó a la luz el ofrecimiento del mandatario brasileño este miércoles, después mantener un encuentro con él de casi una hora en Brasilia.
En opinión de Bolsonaro, Montevideo era el «horizonte más cercano» entre los dos presidentes de las mayores potencias de Suramérica.
Solá, que tras Bolsonaro también se entrevistó con su par brasileño, Ernesto Araújo, reveló durante su visita se trataron diversos temas de la agenda bilateral y se reforzó la intención de ambos Gobiernos de mantener una relación «pragmática», más allá de sus diferencias ideológicas.
«Hemos hablado de futuro», dijo el canciller argentino, quien en relación a las agudas polémicas entre el líder ultraderechista brasileño y el gobernante peronista apuntó que «hay cosas que sólo se entienden cuando uno está acá y ve a las personas».
Otro de los temas que salió a colación fue la renegociación de la deuda que Argentina contrajo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un organismo que concedió un préstamo al país de 56.300 millones de dólares, de los que se han desembolsado 44.000 millones.
Solá solicitó el apoyo de Brasil en este asunto y este jueves Bolsonaro dijo que el Ministerio de Economía lo evaluará.
«Argentina, con la debida compostura, está peor que nosotros», apuntó Bolsonaro sobre la situación económica de su país vecino, y añadió que quiere «una Argentina fuerte, no una patria bolivariana», porque «es uno de los mayores socios comerciales de Brasil». (EFE)
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