Por Raúl Martínez
La izquierda latinoamericana, representada por los Gobiernos de Argentina, Cuba, Nicaragua y Venezuela, será la gran ausente en la investidura del nuevo presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, el 1 de marzo pese a las críticas de diversos sectores.
Salvo Argentina, cuyo mandatario, Alberto Fernández, anunció que no podrá asistir a Montevideo esa fecha, los representantes cubanos, nicaragüenses y venezolanos quedaron excluidos de la lista de invitados por orden explícita del Ejecutivo entrante.
Esta decisión, según dijo a la prensa días atrás el canciller designado, Ernesto Talvi, obedece a que estos países son «regímenes autoritarios plenos».
El presidente electo incluso lo elevó a categoría personal y, en una entrevista con una radio local, declaró: «No estoy dispuesto a que en nuestra asunción esté el dictador Maduro. Es una decisión personal, de la cual me hago cargo. Esto no es Cancillería, esto no es protocolo, esta es mi persona que tomó esta decisión».
¿DISCRIMINACIÓN IDEOLÓGICA?
Este hecho conllevó algunas reacciones por parte de representantes del Frente Amplio (FA, izquierda), coalición aún en el poder, y del que fuera presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, José Mujica.
En entrevista con Efe, el veterano líder criticó esta decisión, que calificó como una «discriminación ideológica».
«Venezuela no iba a venir ni en pedo (ni de broma), porque no va a ningún lado de eso, Nicaragua no sé. Con Cuba es un error muy fuerte porque están cayendo en lo que nos criticaban a nosotros, están haciendo discriminación ideológica», sentenció.
En tanto, el FA emitió un comunicado en el que «deplora y rechaza» la exclusión de estos tres países de los actos protocolares.
«Contradice la no ideologización de las relaciones diplomáticas entre los Estados asumida como compromiso de gobierno en política exterior por el Dr. Luis Lacalle Pou durante la pasada campaña electoral», destaca el documento.
Además, el FA subraya que este hecho «sienta un pernicioso precedente en lo que refiere al respeto a la soberanía de las naciones», que «expone a Uruguay a «eventuales consecuencias en las distintas dimensiones» en su relación con estos países.
El investigador y polítólogo uruguayo Alfonso Lessa dijo a Efe que «no sorprende» la decisión sobre Venezuela, ya que «todos los sectores» de la coalición encabezada por Lacalle Pou (Partido Nacional, PN, centroderecha) han sido «muy duros» con el Gobierno de Nicolás Maduro.
Sin embargo, respecto a Cuba expresó que «llama la atención» la no invitación, ya que estos dos países han tenido una «buena relación histórica» desde el Gobierno del que fuera dos veces presidente Julio Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), quien para su investidura invitó al entonces líder cubano Fidel Castro.
«Sanguinetti era de la idea de que había que incluir a Cuba y no dejarla afuera. Me parece que en esta oportunidad la decisión de no invitar a Cuba tiene que ver más con su relación con Venezuela», apuntó.
CUENTA ATRÁS PARA EL 1 DE MARZO
Uruguay afronta la cuenta regresiva para la investidura de su nuevo presidente, tras 15 años de Gobierno del FA y, por tanto, para un giro en la línea ideológica, con una coalición integrada por el PN, el Partido Colorado (PC, centroderecha), Cabildo Abierto (CA, derecha), el Partido Independiente (PI, centroizquierda) y Partido de la Gente (PG, derecha), aunque este último no tiene ministros.
El Gobierno encabezado por Tabaré Vázquez desarrolló este lunes su último Consejo de Ministros (el próximo lunes es feriado de Carnaval), en el que el mandatario se despidió de ministros y viceministros.
Quienes sí anunciaron que viajarán a Uruguay para la toma de posesión de Lacalle Pou son los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro; Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Iván Duque; y Paraguay, Mario Abdo Benítez.
Fuentes de las embajadas brasileña y colombiana confirmaron a Efe la presencia de los mandatarios de sus países, mientras que Piñera hizo pública este lunes su intención de viajar a Montevideo para estar presente en los actos.
Esta será la primera vez que el chileno pise suelo extranjero después de que el 18 de octubre estallara la crisis social más grave que ha vivido su país desde el retorno a la democracia en 1990.
Para esta instancia se había planeado el primer encuentro entre Bolsonaro y Fernández, pero no sucederá. En opinión del brasileño, Montevideo era el «horizonte más cercano» entre los mandatarios de las mayores potencias de Suramérica.
De igual forma, fuentes oficiales de Paraguay y Ecuador confirmaron a Efe la llegada del presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, y del vicepresidente ecuatoriano, Otto Sonnenholzner.
En Uruguay también se da por segura la presencia del rey de España, Felipe VI, si bien las fuentes diplomáticas consultadas por Efe no la confirmaron.
Así, el país de 3,3 millones de habitantes afina los detalles para los actos del 1 de marzo, una jornada llena de actividades, que comenzará a las 14.00 hora local (17.00 GMT) con el acto de juramentación del nuevo presidente en el Palacio Legislativo ante la Asamblea General.
Posteriormente, Lacalle Pou recibirá la banda presidencial de manos de su predecesor en la plaza Independencia, donde reposan los restos del prócer uruguayo, José Gervasio Artigas.
Seguidamente se llevará a cabo la firma de los ministros que integrarán el nuevo Gabinete de Gobierno y el saludo del nuevo presidente a los jefes de Estado y representantes de delegaciones internacionales.
También está previsto que el anfitrión ofrezca una cena en la que será su residencia oficial a los representantes internacionales que pernocten en Uruguay.
(EFE)
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