Por Federico Anfitti y Sergio Marín Lafuente
A puro galope, con sentimiento patriótico y para dar un mensaje de unidad, cientos de jinetes invaden estos días las rutas nacionales uruguayas con destino a Montevideo para saludar al presidente electo, Luis Lacalle Pou, cuya toma de posesión será el 1 de marzo.
El orgullo de la tradición gauchesca uruguaya y las ganas de celebrar la victoria del Partido Nacional (PN, centroderecha) fomentó esta movida «autoconvocada», en la que todos estos jinetes buscan dejar una huella histórica.
En los alrededores de Paso de Pache, una pequeña localidad ubicada en la zona limítrofe de los departamentos (provincias) de Canelones y Florida (suroeste del país), unos 70 kilómetros de distancia de Montevideo, unos 40 jinetes se alistan para partir hacia la próxima parada.
«NO ES UNA AVENTURA, ES UNA PATRIADA»
Ellos comenzaron en el departamento de Rivera (noreste), donde la ‘coalición multicolor’ liderada por Lacalle Pou para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales obtuvo un 66 % de los votos, y ya llevan unos 400 kilómetros recorridos montados sobre sus fieles compañeros de cuatro patas.
Uno de sus integrantes, Washington Méndez, habla con Efe y cuenta que, si bien todos sufren dolores en su cuerpo por el largo trayecto que comenzaron el 15 de febrero, siguen sin importarles porque están convencidos de que deben hacerlo por su país.
«No es una aventura, es una patriada, esto es verdadero amor patriótico que tenemos, porque la patria que queremos empieza adentro de cada uno», cuenta orgulloso.
Esta idea surgió meses atrás, cuando todo parecía indicar que Lacalle Pou iba a ser elegido próximo presidente de los uruguayos y allí, los jinetes de diferentes rincones del país se prometieron que, de ganar, viajarían a Montevideo para acompañar los festejos.
Sin embargo, este jinete asegura que la «patriada» ya no es solo de ese partido, sino más bien que está cobijada «por todo el pueblo». Eso lo perciben en las diferentes carreteras, mientras reciben afecto, toques de bocina y el clásico grito «vamo’ arriba».
«El nombre de esta marcha es ‘La Voz del Campo’ y es así: tenemos que ser escuchados todos. Acá vivimos bajo una misma bandera, bajo un mismo sol, no tenemos un presidente del Partido Nacional, tenemos un presidente de los orientales que debe gobernar para todos, más allá de creencias o ideologías», narra.
La etapa abarca desde el corazón de Florida y, en la parada de Paso de Pache, los jinetes descansan junto a sus caballos, que aprovechan la pausa para pastar, tomar agua, o simplemente reposar en la sombra de los árboles del campo donde se detuvieron.
SOÑANDO CON UN URUGUAY MEJOR
Entre los jinetes hay hombres, mujeres, veteranos y jóvenes. Una de ellas, Lilian Padern, señala a Efe que llegó desde Rivera junto a su esposo y sus dos hijos para celebrar en familia la victoria de Lacalle Pou.
«Trabajamos para que Luis ganara y venimos a acompañarlo para que sepa que está todo el país esperanzado, ilusionado, convencido de que es para mejor, de que vamos a dejar un mejor Uruguay», narra la amazona que, al igual que el resto de la expedición, viste las típicas ropas gauchescas con sombrero, pantalones bombacha y botas de campo.
Según recuerda, esto fue algo soñado entre todos, ya que mucho tiempo atrás hicieron la promesa de que si ganaba su partido comenzarían este recorrido.
Del momento en el que lleguen a la capital uruguaya, Padern se espera un hecho histórico y una verdadera fiesta.
Cada tramo de este extenso recorrido por el interior profundo de Uruguay es de unos 45 kilómetros. En las paradas transitorias, estos «patriotas», como así se consideran, acordaron con amigos o conocidos de diferentes localidades para descansar o pernoctar.
UN VIAJE AUTOFINANCIADO
Aquí es cuando se ve la idea de comunidad de esta marcha ya que las personas se ofrecen para acoger a los jinetes, ofrecerles agua, sombra, comida y un lugar de descanso.
Uno de los que hizo esto es Fernando Vieras, propietario de la finca de Paso de Pache, quien, además de recibirlos, también se sumará a la marcha con sus hijas.
«Les brindé todas las comodidades que tenía y aquí están», narra.
Antes de partir al siguiente destino, Juanicó, desde donde este jueves casi llegarán a las puertas de Montevideo, los jinetes deben preparar a sus caballos, que, según subraya Méndez, no son un medio de transporte sino un «amigo» y por eso deben atenderlo, cuidarlo y tenerlo bien entrenado para que no sufra en el camino.
Según el montador, los caballos criollos uruguayos son resistentes; sin embargo, también están preparados con largas recorridas previas, buena alimentación y cuidando su musculatura.
Minutos antes de comenzar, se hace el ensillado, con sus respectivos cueros, paños de lana, y el recado (silla).
Ellos afirman que toda esta movida por la patria no cuenta con el sustento de ningún partido político, sino que sale de los bolsillos de cada uno, unos 15.000 pesos uruguayos (unos 380 dólares).
«Este esfuerzo que estamos haciendo es por demostrar que queremos algo mejor, queremos apoyar, porque las mejores ideas, los mejores equipos de gobierno, no tienen sentido si nosotros no ponemos algo y no apoyamos para que las cosas salgan», explica Méndez.
La llegada a Montevideo se prevé para el sábado 29, cuando los más de 1.000 jinetes que llegan por varias carreteras se reunirán en el predio de la Rural del Prado.
Con un gran asado, un fogón, guitarreadas y música folclórica todos ellos compartirán una noche festiva, a la que se rumorea podría acercarse el propio Lacalle Pou, y luego partirán hacia el Palacio Legislativo para rodear el gran edificio y felicitar al nuevo presidente.
Cuando ya todo termine en el Parlamento, acompañarán en caravana al nuevo mandatario hacia la Plaza Independencia, donde recibirá la banda presidencial de manos del actual presidente, Tabaré Vázquez.
(EFE)