La «Marca Mercosur» es el objetivo trazado por los países del bloque para continuar accediendo a mercados y defender logros como el acuerdo de asociación estratégica con la Unión Europea (UE).
Así lo aseguraron este viernes el canciller uruguayo, Ernesto Talvi, y el director del departamento del Mercosur e Integración Regional de Brasil, Michel Arslanian Neto, durante su exposición en el I Foro de Integración y Desarrollo que organizó FONPLATA-Banco de Desarrollo en Montevideo.
Este debate organizado por el organismo multilateral integrado por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, titulado «Comercio Internacional e Integración», se extendió durante más de una hora y allí se buscó reflexionar acerca de las oportunidades de integración, los acuerdos comerciales de la región y los desafíos en el marco de un complejo contexto internacional.
MERCOSUR-UNIÓN EUROPEA, UN ANTES Y UN DESPUÉS
«Los países que integramos el Mercosur vamos a tener matices y diferencias, no somos el mismo país y por eso es que los acuerdos se negocian de manera trabajosa pero acá hay una decisión muy importante de avanzar en esta dirección geoestratégica, de integración para volver al ADN original del Mercosur», subrayó Talvi.
Al respecto, el ministro uruguayo detalló que el acuerdo con la UE introduce «flexibilidades» que le permiten a los países «ir a velocidades distintas».
«Es una matriz en la que negociamos los cuatro juntos y que la marca Mercosur se conserva. Estamos negociando juntos, en esa negociación todos participamos, todos hacemos saber nuestros intereses», detalló.
Talvi recalcó también que Brasil tiene «el pie en el acelerador» para concluir el acuerdo pero avisó, entre risas, que Uruguay irá más rápido todavía.
Para el canciller, el Mercosur se despertó de una siesta de 30 años y hoy busca subirse al tren de la integración con el resto del mundo.
Arslanian Neto sostuvo que lo que se está haciendo ahora es «cumplir los propósitos del Mercosur» y este dinamismo que adquirió la agenda del bloque permite a su país tomarlo como «aliado importante» para las reformas que están llevando adelante.
«Esta percepción de un Mercosur como herramienta de prosperidad, modernidad, es un elemento central que tenemos que preservar y reforzar», apostilló.
Más allá de las condiciones del acuerdo con la UE, el hecho de haber concluido las negociaciones emite «una señal muy importante» del compromiso del Mercosur en mejorar las condiciones con las que negocia y su transparencia.
«El hecho que sea Mercosur y no países individuales da más peso a la inserción en los países y el mundo», apuntó.
En este debate también participaron el secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), Alejandro de la Peña; el economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial (BM), Martín Rama; y el embajador de la Unión Europea en Uruguay, Karl-Otto König.
Respecto al acuerdo UE-Mercosur, König explicó que la meta del bloque es alcanzar «estructuras de gobernanza global» en una acción conjunta con Latinoamérica.
«Este acuerdo, que es mucho más que un Tratado de Libre Comercio, es un tratado de asociación estratégica que tiene tres pilares: una pata institucional; una política y de cooperación y la comercial», detalló.
En tanto, Rama enfatizó que para el Mercosur en términos de crecimiento «la expectativa es muy alta».
«Acuerdos como el de la Unión Europea-Mercosur van mucho más allá que los acuerdos tradicionales que cubrían áreas de comercio, propiedad intelectual, normas sanitarias», enfatizó.
ALIANZA DEL PACÍFICO, EL PRÓXIMO OBJETIVO
Además de reflexionar acerca de los acuerdos concretados, en el debate se puso sobre la mesa la relación del Mercosur con la Alianza del Pacífico, integrada por Chile, Colombia, México y Perú.
«Debiera ser un objetivo estratégico. Creo que los objetivos que nos hemos propuesto en el plan de acción son tímidos, debiéramos ir por más, por potenciar la integración entre esos dos grandes bloques para que la integración de Latinoamérica sea otro de los grandes pilares de desarrollo, de cooperación y geoestratégicos que nos posicionen en el mundo», enfatizó Talvi.
Arslanian Neto fue en la misma línea del canciller uruguayo y afirmó que aún hay «mucho qué hacer» entre ambos bloques pero que, de momento, el principal obstáculo es México.
«La marca Mercosur es una preocupación pero la marca Latinoamérica es muy importante y si logramos enviar al mundo un mensaje de que esta región está cada vez más centrada, con los estándares alineados, yo creo que ese es un poderoso instrumento para nuestra inserción económica», añadió.
Por su parte, el secretario general de Aladi dijo que el interés del organismo que lidera es avanzar al paso «de los que quieren ir más rápido» y que puede utilizarse a esta Asociación como facilitadora para alcanzar acuerdo entre las partes. (EFE)