Por Daniel Forets
Hoy el Coronavirus nos dice que cientos de ancianos en todo el mundo están y se morirán solos, despidiéndose con suerte por una Tablet y siendo tirados a fosas comunes como perros sarnosos.
Pero de los que los lloran, todos veían con regularidad a sus mayores?
Atendían sus necesidades afectivas como era debido?
Tenían tiempo y “orejas” para ellos?
Cuando “Piteco”, mi padre, en el 2013 tuvo un ACV, después de vivir sin mi madre en Carmelo durante 25 años, la vida obligó a una determinación de las grandes por las opciones que tenía: desarraigarlo por completo y que él me acompañara, lo cual significaba matarlo poco a poco sin sus pájaros, su Wanderers, y sus costumbres diarias.
Otra era depositarlo a “plazo fijo” en algún lugar donde otros hicieran sus tareas por él (y por mi) con la responsabilidad de su cuidado. Y finalmente, una tercera posibilidad muy loca, muy difícil, contra toda lógica luego de 35 años montevideanos, que era dejar absolutamente todo, todo, y regresar a mi ciudad para acompañarlo en su convalecencia, su recuperación, y lógicamente, sus días finales.
Luego de pensarlo, hicimos lo que debíamos hacer. Gracias a la vida que hicimos eso, porque luego de superar dificultades, de festejar innumerables reuniones familiares por cualquier motivo, de hacerle todos los gustos chiquitos que se le antojaron, mientras poco a poco iban disminuyendo sus capacidades motrices y cognitivas, involucionando de acuerdo a su estado y a sus casi 89, tuve el honor, casi un año después, de que se muriera de nuestra mano, cumpliéndole lo prometido: juntos de la mano hasta el final, despidiéndonos a lo grande, y sintiendo que como seres humanos habíamos hecho algo casi perfecto, en eso de morirse dignamente.
De seguro “las Carmelas” y muchos de los que se juntan en las Ferias Montevideanas dominicales o en las reuniones compañeras Sindicales, no piensan así de sus mayores, como también es seguro que los Políticos Profesionales que al principio de todo esto y siendo Médicos pedían “calma y más calma”, no pensaban en ellos. (Es acaso la misma calma de los uruguayos enfermos de Cáncer de Pulmón con el PEMBROLIZUMAB liberado en su último acto de gobierno?)
De seguro que los que dejaron al país con ridículos 100 kits de detección y sin insumos, porque de chambones se los dimos a los “pobres” chinos, y ordenaron destruir donaciones Rotarias desde Canadá, no pensaban en ellos. Ni en nadie.
De seguro que ahora piensan lo mismo de siempre cuando no tienen la lata: que caceroleando todo salga bien mal, y que una medida (que si es necesario tomar seguro se va a tomar sin dilaciones), se tome antes, ahora, y se termine de ir todo al carajo, como en el 2002 clamando “Default” …
Qué diablos les van a importar sus abuelos, sus padres o los mayores, si el fin justifica los medios!!! Que van a reconocer que dentro de lo posible, se están haciendo las cosas bien!!!
Concebir “la Política” o “el Gobernar” de esta manera, sencillamente da asco.