Por Santiago Carbone
La tranquilidad por un proyecto que sigue adelante en tiempos de la COVID-19 marca el presente del Montevideo City Torque, la apuesta uruguaya del Grupo City, que, por medio de su fundación, mueve el balón para alimentar a un grupo de niños mientras el mundo enfrenta una dura crisis.
De esto, habla con Efe el director de Negocios del club, Javier Noblega, quien también hace un repaso de la situación económica que atraviesa la institución en momentos en que la actividad se encuentra suspendida, y cuenta cómo sigue adelante su plantilla.
ECONOMÍA EN TIEMPOS DE CRISIS
«Hay un impacto negativo y también hay un impacto positivo. Creo que si trazamos una línea al final, el impacto de la crisis que estamos pasando ahora en el club en el aspecto financiero es marginal», asevera Noblega sobre esta coyuntura.
De acuerdo con esto, destaca que, por la suspensión de las actividades, la institución dejó de percibir cierto dinero como, por ejemplo, el de las localidades vendidas o los ingresos por la Copa América (los que recibe cada club por la participación de la selección de Uruguay en ese torneo), aunque también encontró ahorros bajando «el costo operativo del club».
En el caso de los salarios, el director de negocios explica que todos los trabajadores del Montevideo City Torque fueron enviados al seguro de paro, por medio del cual reciben un subsidio del Estado por no estar llevando a cabo sus actividades.
Sin embargo, apunta que, al ser esta cantidad inferior a la que perciben como sueldo, el club ha tomado la decisión de abonar la diferencia para que todos reciban por mes la totalidad de sus ingresos.
Finalmente, Noblega resalta que el CEO del Grupo City, Ferrán Soriano, mantuvo días atrás una teleconferencia con los integrantes del club uruguayo en la que dio «mensajes claros» de que el proyecto no se ve afectado por la crisis.
Una muestra de esto es la inversión que el Grupo está llevando a cabo en la capital uruguaya, donde está construyendo un nuevo complejo deportivo, en el que trabajarán el primer equipo, las divisiones formativas y los demás funcionarios.
SE QUEDAN EN CASA
Tal como sucede en las principales ligas del mundo, el Campeonato Uruguayo se encuentra suspendido, decisión que fue adoptada a mediados de marzo cuando la temporada estaba en sus primeras jornadas.
Por ello, el Montevideo City Torque, institución que debió hacer cuarentena después de que el político uruguayo Pedro Bordaberry, asesor externo del club, diera positivo por coronavirus, se encuentra trabajando desde casa al igual que los demás equipos.
«Nosotros tratamos de brindarle las mayores facilidades para que pueden desarrollar el plan de nutrición y de ejercicios físicos que le proporcionamos», dice Noblega sobre la situación que atraviesa la plantilla.
De acuerdo con esto, señala que cada futbolista recibió un kit de entrenamiento de gimnasio, una bicicleta ergométrica y vitaminas «para reforzar el sistema inmune y evitar enfermedades».
Además, destaca que, dos veces por semana, los jugadores asisten a clases mediante una plataforma de vídeollamadas con los preparadores físicos para trabajar todos juntos.
«La idea más que nada de las clases es seguir conectados, interactuando y viéndonos», sostiene Noblega.
PASA LA PELOTA
Mientras la pausa en el fútbol se extiende en el tiempo, Montevideo City Torque hace que la pelota no frene y, de hecho, la hace mover de un lugar a otro para ayudar a los más necesitados.
Por medio de la fundación City en la Comunidad, el club lleva adelante una campaña solidaria para dar 150 almuerzos a 150 niños durante tres meses y medio.
«Nuestro objetivo es lograr 15.000 almuerzos que en términos económicos son 60.000 dólares», puntualiza Noblega, quien explica que, hasta el momento, se lograron 55.000 por lo que «falta poquito» para conseguir la meta.
Dichos fondos provienen de una campaña llamada Pasa la Pelota, en la que distintas personas colaboran tras aceptar el desafío de otra, y luego ceden el esférico para que la acción siga adelante.
Con esto, Noblega asegura que la fundación va a poder atacar un problema puntual, que es el que sufren los niños que comen en las escuelas cuando estas cierran.
De esta forma, el conjunto celeste atraviesa la crisis y ayuda a que otros puedan transitarla de mejor manera, mientras aguarda por su retorno a la cancha, donde buscará seguir sorprendiendo con el fútbol que lo ascendió al círculo de privilegio, un lugar del que no quiere salir.
(EFE)
Comentarios