La Organización de Estados Americanos (OEA) destacó este viernes en el marco de un foro virtual el papel de los Gobiernos para asegurar los procesos electorales en tiempos de pandemia y a pesar de la crisis que la COVID-19 causa en la región.
EVITAR CRISIS POLÍTICA
El secretario para el fortalecimiento de la democracia de OEA, Francisco Guerrero, señaló en esa videoconferencia que «es fundamental» que la actual crisis sanitaria y socioeconómica que padece la región «no se convierta también en una crisis política».
«Esa es una de las grandes responsabilidades que tenemos todos los demócratas latinoamericanos, que la democracia siga fluyendo de la mejor manera», expresó Guerrero ante autoridades electorales de República Dominicana, Bolivia, Ecuador, Paraguay y Uruguay.
Advirtió que los últimos seis meses han sido «ya complejos» para las elecciones y que el reto de la actualidad es cómo será solventado por los países un cronograma que en los próximos 18 meses prevé la celebración de un total de treinta comicios.
ELECCIONES PENDIENTES
La pandemia obligó en República Dominicana a que los comicios presidenciales y legislativos, que estaban previstas para este 17 de mayo, fueran aplazados para el 5 de julio, mientras que el día 26 del mismo mes está reservado para una posible segunda vuelta.
Al respecto, el presidente de la Junta Central Electoral dominicano, Julio César Castaños, explicó que se ha llegado a esas fechas después de un consenso con la sociedad civil para que las autoridades electas asuman los cargos el 16 de agosto.
Indicó que se trabaja con todos los protocolos sanitario y con antecedentes del modelo surcoreano de votación en plena pandemia para que todo se lleve a cabo en fecha para «no vernos en la situación de un no deseado terreno de ausencia de soberano legítimo y legal en un momento determinado».
Por su parte, Salvador Romero, presidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, comentó que la Asamblea Legislativa resolvió de una propuesta de ese organismo que la votación se celebre «90 días después del 3 de mayo», fecha inicialmente prevista.
Detalló que es un «rango más acotado» de lo que planteó el Tribunal, entre el 28 de junio y el 27 de septiembre, «pero mantiene la atribución de definir la fecha más específica» en medio de una controversia política.
Bolivia tiene que elegir presidente, vicepresidente, diputados y senadores después de que se anularan las elecciones de octubre de 2019, en las que Evo Morales fue declarado vencedor entre denuncias de fraude a su favor e informes de organismos internacionales sobre irregularidades en los comicios.
Ante todo, «la elección va a ser más cara porque debe incluir un conjunto de elementos de protección de la salud de todos los actores inmersos en el proceso», acotó Romero, al destacar que también hay revisar los procesos de capacitación.
«La participación electoral de Bolivia es una de las más altas de América Latina por su carácter obligatorio, pero también tiene una raíz cultural que responde a una sociedad altamente participativa», agregó Romero.
En Uruguay, las municipales y departamentales del 10 de mayo fueron trasladadas al 27 de septiembre por la Corte Electoral, que consideró que el distanciamiento social «alteraba el normal desarrollo electoral», indicó el vicepresidente de ese órgano, Wilfredo Penco.
Por su parte, María Elena Wapenka, ministra del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) de Paraguay, dijo que este órgano esta pendiente de una resolución legislativa de nuevas fechas ya en 2021, al agotarse su potestad para modificar las municipales de este año.
El TSJE cambió del 8 al 29 de noviembre la renovación de alcaldes de Paraguay y ante la pandemia suspendió el cronograma electoral, aunque durante la cuarentena su sede central se transformó en taller de mascarillas y portasueros para reforzar la precaria sanidad pública, según Wapenka.
«Los procesos democráticos no pueden estancarse por tanto tiempo pues constituirían un anquilosamiento en la gimnasia democrática que veníamos manteniendo», advirtió, al manifestar que «urge reflexionar sobre las condiciones en las que se deberían realizar las elecciones en el futuro».
Ecuador, uno de los más golpeados por el COVID-19 y afectado por una situación socioeconómica «extremadamente compleja», se prepara para elegir en 2021 a «237 asambleístas, parlamentarios y a la presidenta o presidente de la República», expresó Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral.
Y considera que por la naturaleza de unas elecciones «es necesario replantear su forma de ejecución para evitar contagios y rebotes de la pandemia». (EFE)