Salir y encontrarte que te falta la moto debe ser una experiencia frustrante. Pero este señor seguramente lo tomó con calma e inició una investigación privada. Prefirió no concurrir de inmediato a la policía. A ella concurriría cuando tuviera la certeza de saber que había sido de su moto.
Seguramente recorrió algunos lugares, conversó con determinadas personas, buscó en internet, pero el meticuloso trabajo de investigación que duró ocho largos días, y que obviamente no detalla el parte policial, tuvo su recompensa.
Con las pruebas obtenidas del lugar donde estaría «guardada» la Yumbo 110 de color negra que se la habían robado de su propia casa, el viernes 8 de mayo, el ciudadano devenido en investigador, concurrió a la seccional policial.
Sí, ocho días después el 16 de mayo el «investigador privado» fue con datos concretos a donde tenía que ir: a la Seccional Tercera de Policía.
Todo indicaba que su moto se encontraba en una finca de la calle Bertolino. Allí concurrió personal policial que autorizado por el propietario de la casa permitió una inspección ocular.
Los policías se encontraron con una moto de similares características e interrogaron cómo la había conseguido, el señor explicó que la había comprado recientemente a una persona, sin presentar papeles.
Luego llegó la Policía Científica, tomaron fotos, el denunciante reconoció el bi-rodado como el de su propiedad y la Fiscal dispuso la inmediata entrega de la moto a su propietario.
Mientras tanto la policía continúa en averiguaciones para dar con el ladrón.
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