Por Federico Anfitti
Cincuenta centavos de dólar.
Esa fue la cantidad que figuraba en el contrato simbólico que firmó Fernando Morena con Peñarol para su vuelta a los terrenos de juego en 1986, menos de dos años después de su retirada.
Tanto los directivos como el plantel habían insistido por todos los medios en que ‘Potrillo’ volviera a calzarse los botines. Tras varias negociaciones, ese fue el acuerdo.
En esta última y breve etapa, solo defendió al conjunto aurinegro en la Copa Libertadores y convirtió un gol ante el argentino Boca Juniors en la Bombonera.
La situación económica y política del club, el hecho de ya no estar en óptimas condiciones físicas y la poca continuidad hicieron que Morena decidiera colgar finalmente las botas.
Atrás quedó una exitosa carrera plagada de torneos nacionales e internacionales y 668 goles convertidos.
Fernando Morena es, hoy día, uno de los máximos ídolos en la historia del Peñarol. ‘El Potrillo’ marcó época en el club con sus goles y ayudó a que su equipo obtuviera siete campeonatos uruguayos, una Copa Libertadores (1982) y una Copa Intercontinental en el mismo año.
Con cuatro etapas en Peñarol, es el máximo goleador en la historia del Campeonato Uruguayo con 230 anotaciones, tiene la mayor cantidad de tantos en un partido (siete) y es el segundo máximo artillero de la Copa Libertadores con 37 (solo superado por el ecuatoriano-uruguayo Alberto Spencer, también de Peñarol).
En 1973 Morena llegó a Peñarol, donde estuvo seis años y fue goleador del torneo local en todas las temporadas y de las Libertadores de 1974 y 1975. Sus excelentes números llamaron la atención de equipos españoles y así fichó por Rayo Vallecano en 1979 y Valencia en 1980.
Aunque en Europa tuvo buenos rendimientos, el Peñarol quiso el retorno del goleador.
«A Morena lo traemos todos, porque todos somos Peñarol», fue la movida con la que los fanáticos pusieron dinero de sus bolsillos para llegar al millón de dólares del pase.
En su segunda etapa fue el emblema de la Libertadores de 1982 e incluso anotó el gol agónico en la final ante el Cobreloa.
Un año después, defendiendo a la selección en la Copa América, sufrió una fractura de tibia y peroné tras una entrada del venezolano René Torres.
Pese a estar recuperado, nunca volvió a su nivel. En 1984 tuvo un breve lapso por el Boca Juniors y nuevamente retornó al Peñarol.
Esta iba a ser la última temporada de Morena como profesional. El partido final en el estadio Centenario era la despedida perfecta. Mandó a hacer 20 camisetas con el número 9 para repartir, firmó un gol que dio un campeonato al club y las tribunas ovacionaron su nombre durante largos minutos.
Pero tras un año y medio de descanso los problemas en el Peñarol salieron a la luz. Deudas económicas, salarios impagos, salida de jugadores y una situación futbolística sumamente compleja empujaron a todos a pedir el regreso de Morena, uno de los emblemas del club.
(EFE)