Uruguay mantiene la coordinación sanitaria con Brasil en el marco de la Comisión Binacional para controlar el avance del COVID-19 en la frontera seca pero descarta un toque de queda en Rivera como el que aplicó la ciudad brasileña Santana do Livramento ante el aumento de casos.
Así lo afirmó en conferencia el ministro de Salud Pública de Uruguay, Daniel Salinas, quien subrayó que «el gran desafío» de su país sigue siendo la frontera pero que no buscan imitar las medidas tomadas por la ciudad brasileña.
«No avanzamos en los temas que hacen a las cuestiones particulares de los países puesto a que hay que tener un cierto nivel de autonomía pero el tema más importante es esa unidad sanitaria, ese seguimiento del uso de (test) PCR por parte del país hermano», explicó el ministro.
Además, dijo que no pretendía dar muchos detalles de los acuerdos sanitarios entre ambos países, ya que es algo que le corresponde a la Cancillería, pero enfatizó que se continúa con la coordinación sanitaria y de medidas complementarias.
Las autoridades de Rivera amanecieron este lunes con preocupación ante el incremento de casos en el lado brasileño de la frontera. La intendenta, Alma Galup, aseguró a Efe que las autoridades locales están «atentas y alerta» por la situación en Brasil, al conocerse que la bandera de alerta en una de las principales zonas fronterizas pasó a roja con «riesgo alto» ante la llegada de 36 casos activos.
«Hemos trabajado semanalmente en forma progresiva en una escalada de relacionamiento internacional para lograr tener seguridad en la frontera y colaboración con nuestros hermanos brasileños que comienza con un plan piloto a nivel de Rivera y Santana do Livramento donde convenimos y está pronto para su implementación», apuntó al respecto Salinas.
En este sentido, sostuvo que a partir de este acuerdo se considera a ambas ciudades como «una única unidad epidemiológica», lo que significa que se utilizarán los mismos criterios de diagnóstico, seguimiento epidemiológico y utilización de la técnica de biología molecular.
«No nos ha ido mal y pensamos que debemos seguir por ese camino», subrayó el ministro al referirse a la situación uruguaya, que lleva 848 casos positivos (33 de ellos cursando la enfermedad) y 23 fallecidos.
En Rivera, donde el gobierno tiene su mayor preocupación, actualmente hay únicamente siete casos activos.
Sobre la posibilidad de llegar en el corto plazo a cero casos activos el ministro dijo que «el que se quema con leche ve una vaca y llora» por lo que no quiere adelantarse a ese momento y prefirió ser precavido.
«Vamos bien, el partido no se terminó, estamos con mucha apertura de actividades tanto educativas, económicas, comercios, actividades al aire libre, deportes, enseñanza, vamos a evaluar estos resultados», concluyó.
(EFE)