El gobierno anunció este martes la «preautorización» para que a partir del 5 de julio la aerolínea española Iberia retorne los vuelos comerciales hacia su país, después de más de tres meses con las fronteras cerradas por la COVID-19.
Así lo expresó el canciller uruguayo, Ernesto Talvi, en conferencia de prensa y consideró que esto es «un pequeño rayo de luz» que se le abre al país para empezar a tener nuevamente conexión con otros destinos «con todas las garantías».
«Se van a establecer protocolos de salida y entrada muy estrictos para que quienes viajen eventualmente lo hagan en las condiciones apropiadas», sostuvo y acotó que se prevé que los pasajeros que ingresen al país deban tener ya hecho un test con resultado negativo.
Uruguay cerró sus fronteras a mediados de marzo, días después de que el 13 de marzo se confirmaran los primeros casos positivos de la COVID-19 y, desde entonces, únicamente hubo transporte aéreo por vuelos humanitarios, para repatriar a uruguayos y residentes varados en diferentes partes del mundo y algunos privados autorizados.
«Seguramente al principio todavía sean vuelos para extranjeros y uruguayos residentes y aquellos que pueden ser excepcionados por el decreto de cierre de fronteras pero, bueno, lo vamos a ir viendo. Acá lo importante es gradualmente ir empezando con contrapartes que nos ofrecen la garantía de que esto se va a poder hacer con todos los cuidados necesarios», explicó.
Además, enfatizó que el hecho de que el pasajero tenga que contar con un seguro de viaje «va a ser fundamental» para que pueda arribar.
«Va a haber unos vuelos iniciales y va a depender un poco del volumen de pasajeros porque hay mucha incertidumbre al respecto de cuál va a ser el volumen de pasaje y eso se va a ir manejando a medida que se vayan generando los vuelos», acotó.
De momento no se especula con que existan más aerolíneas autorizadas para restablecer su conexión con el país suramericano y, mientras tanto, permanecerá como una opción de conectividad con Uruguay el aeropuerto de Sao Paulo.
«Vamos de paso en paso aprendiendo, hay que ver cuál es la demanda, cuál es el flujo de pasajeros, cómo salen las primeras experiencias y, a partir de allí, la aerolínea decidirá cuál es la frecuencia óptima para poder hacerlo de manera rentable», concluyó.
(EFE)
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