La pandemia cambió la vida de los deportistas en todo el mundo. Ligas suspendidas, entrenamientos cancelados y, en muchos casos, sueños derrumbados. Ese parecía ser el panorama de la baloncestista uruguaya Florencia Niski en marzo pero hoy, su carrera toma otro rumbo.
La joven joya uruguaya, de 17 años, que se destacó en la liga local, en la Celeste e incluso fue figura de los campus de la NBA, habla en entrevista con Efe sobre este 2020 en el que se vio ante la frustración de no poder comenzar su carrera internacional pero con la ilusión del nuevo proyecto en el Celta Zorka español.
«Estoy con muchas ganas. Estoy muy ansiosa por estar ahí, ver cómo va a ser todo. Lo que más quiero es jugar y ver cómo va a ser esa liga que por lo que he visto es muy competitiva», señala.
La jugadora tiene una corta pero destacada carrera que pareciera no tener techo. Surgida del Bohemios, un equipo de Montevideo, la joven base ha dado que hablar.
Sus buenas actuaciones la llevaron a estar en los ojos del Rocamora de Argentina y ser contratada para jugar en la liga de este país. Sin embargo, cuando recién se estaba adaptando a su nuevo equipo y conociendo a sus compañeras, llegó la COVID-19 a Sudamérica para detener todas las actividades deportivas.
«Fue una pena porque tenía muchas ganas de competir y jugar ahí en esa liga que es muy competitiva también. Era la primera experiencia de salir al exterior, jugar en un equipo mayor, compañeras nuevas, cambiar el hábito de jugar en Bohemios, era muy importante», reflexiona.
Aunque le dio un bajón anímico tener que retornar a Uruguay y ni siquiera poder salir a entrenar, rápidamente tomó la iniciativa junto a su hermano de entrenar más duro, aprovechar el confinamiento para mejorar físicamente y volver a motivarse.
Lo que en principio fue un duro golpe, hace algunas semanas se convirtió en alegría ya que su representante, Juan Pablo Da Prá, envió a España videos de la baloncestista y, en seguida, las ofertas comenzaron a llover.
Si bien eran tres los equipos que se interesaron en ella, el Celta fue quien mostró una oferta más seria.
EUROPA, UN SUEÑO Y UN DESAFÍO
Con 18 años recién cumplidos, ya que viajará en agosto pocos días después de llegar a la mayoría de edad, Niski va a conseguir el sueño que muchas baloncestistas tienen desde que comienzan a botar el balón naranja en cualquier cancha de baloncesto: llegar a Europa.
«Desde muy chiquita cuando empecé a tomar el básquetbol como mi principal deporte, el salto a Argentina era mejor que Uruguay pero tampoco era el boom. El boom es ir a Estados Unidos o Europa y ahora ir a España todo tan rápido, estoy nerviosa, ansiosa, pero eso es lo que me va a hacer sumar y seguir creciendo como jugadora», apunta.
El Celta, que en estos momentos está en la Liga 2, es un lugar ideal para ello ya que cuenta con una plantilla que tiene tanto gente joven como con experiencia y, además, ya pudo contactarse con sus futuras compañeras que le describieron al equipo como «una gran familia».
«El objetivo es ascender a Liga 1 que ahí varía la competencia. La Liga femenina 2 está muy dura también. Mi idea también es esa, conseguir ese título con Celta y subir», afirma.
Lo que también la sedujo del Celta es que es un club con historia, con buenas instalaciones y que le da mucha importancia a la formación de sus jugadoras, algo que para ella es fundamental en esta etapa de su carrera.
«Creo que le va a aportar mucha agresividad, velocidad, porque es lo que mejor hago. Me considero una muy buena base con toma de decisiones rápidas, obviamente tengo que seguir mejorando el tiro y muchas cosas más», asegura.
LA MIRA PUESTA EN LA WNBA
Aunque no quiere trazarse objetivos a muy largo plazo, Niski sueña con alcanzar algún día la WNBA. El camino hacia allí lo viene transitando debido a que, además de su fichaje en el club español, también se ha destacado en los campus que organiza la principal liga del mundo.
Su última experiencia fue en Chicago, en un campus de tres días que tuvo como broche de oro asistir al juego de las estrellas en el estadio de los Bulls.
«Fue de los mejores que he ido por todo, por tener a los mejores jugadores del mundo todos reunidos en un mismo estadio, por cómo me fue ya que me eligieron entre las ocho mejores del campus y la verdad que fue muy importante, me sumó mucho y esas experiencias son únicas», resalta.
La jugadora enfatiza el buen nivel del baloncesto uruguayo. Pese a que el deporte no es profesional y a que las jugadoras tienen que hacer grandes sacrificios para poder practicar el deporte que aman, el talento está y ella representa a una generación de grandes baloncestistas que han dado que hablar a nivel sudamericano.
Ahora, Niski deberá emprender este nuevo camino, siempre con la camiseta de su querido Bohemios junto a ella y con la mira puesta en continuar sus estudios, seguir creciendo como jugadora y demostrando que el baloncesto femenino uruguayo tiene mucho por dar.
(EFE)
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