El sistema de educación privada incluye a más de 140 mil alumnos y cerca de 250 instituciones en todo el país. Los colegios no pagan IVA, contribución inmobiliaria, Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas ni aportes patronales al Banco de Previsión Social (BPS). El ingreso de los colegios se basa, casi exclusivamente, en la cuota que pagan sus alumnos, señala una nota de este lunes publicada en El Observador.
El presidente de la Asociación de Institutos de Educación Privada, Juan Carlos Noya, aseguró en Radio Sarandí que la crisis económica generada por la pandemia afectará la matrícula de los colegios en 2021. Noya advirtió que se dará el efecto “calesita”, una movilidad dentro de la enseñanza privada, pero también un efecto “cascada” que derivará en un pasaje a la enseñanza pública.
El año pasado el descenso de la matrícula -sin pandemia- fue el mayor desde la crisis de 2002, informó El País.
El tema es económico y los cambios se están viendo desdee 2018, la situación también impactará en la escuela pública que verá subir su matrícula.
La Fundación Sofía
En 2014, el Cardenal Daniel Sturla impulsó la Fundación Sophia preocupado por el cierre de colegios católicos
“Somos una institución que nace para rescatar colegios que estaban en situación de fragilidad. De ahí para acá empezamos a desarrollar un proyecto educativo de calidad e innovador”, señaló su Director Ejecutivo Federico Reyes a El Observador.
La ayuda que brinda la fundación no es económica, porque no tiene fondos propios, es de gestión y de propuesta educativa. Por tanto la matrícula de estudiantes es clave para sobrevivir, en Uruguay, que atraviesa un panorama complejo en lo económico.
“Lo que tratamos es hacer un diagnóstico desde el punto de vista pedagógico, pastoral, organizativo y económico. A partir de ahí, empezamos a trabajar en un proyecto que fortalezca a la institución”, explicó Reyes al matutino.
Fernando Vita, coordinador de la Mesa Nacional de Educación Privada, que reúne alrededor de 1950 mil alumnos del país, asegura que alrededor del 80 % de las instituciones pequeñas se encuentran en serias dificultades para seguir enseñando en medio de la pandemia.
Para diversos actores de la educación el impacto en la enseñanza privada es mayor que en la crisis del 2002, la dimensión pedagógica, de organización y economica hay que reinventarla, dijo hace unos días el prof. Pablo Cayota, director del Colegio Santa Elena
Colegios privados enfrentan una situación peor que la crisis del 2002
El impacto en el enseñanza privada es mayor que en la crisis de 2002. Abarcó a mayor cantidad de familias. El 13 de marzo nos fuimos a casa después de una jornada en el colegio y el 16 de marzo hubo que reinventar todo: La dimensión pedagógica, la organizativa y la económica. La mayoría de los colegios han podido afrontarlo con mucho esfuerzo», indicó Cayota.
Las recomendaciones de la UNESCO para la enseñanza post-COVID-19 demandan prepararse para sistemas más abiertos y flexibles para el futuro. Por ejemplo, fortalecer una cultura de colaboración que involucre más a los padres de familia.
Volver a la “normalidad” entonces se visualiza como un asunto complejo e incierto.
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