El canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, declaró asumir «con gran entusiasmo» su primera jornada en el Ministerio de Relaciones Exteriores, al que se incorporó este lunes tras pasar una semana de cuarentena en casa a su regreso de España, donde era embajador.
«Hace 34 años, el 1 de enero de 1986, ingresaba junto a un grupo de colegas en la Cancillería, tras aprobar el examen de ingreso, con gran entusiasmo y, 34 años después, vuelvo a entrar con un gran entusiasmo, en este caso para reencontrarme con amigos», indicó ante la prensa el nuevo canciller uruguayo.
El exembajador del país suramericano en España, amigo personal del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, sustituye en el cargo a Ernesto Talvi, quien renunció el 1 de julio, tras cuatro meses al frente del Ministerio.
Bustillo reconoció que en esta semana se pondrá al día de los asuntos pendientes y visitará a todos los expresidentes del país tras la llegada de la democracia (Jorge Batlle falleció en 2016): Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle Herrera -quien lo recibió en el aeropuerto el 5 de julio-, Tabaré Vázquez y José Mujica.
El también exembajador en Ecuador y Argentina afirmó que su mayor aportación a la Cancillería será «la experiencia, con 34 años de servicio exterior y el conocimiento» que tiene «de esta casa, donde hay espléndidos profesionales», a los que pretende dar «la función que les corresponde, que se merecen y donde puedan rendir más».
El nuevo canciller no quiso entrar a valorar temas de la actualidad política interior o exterior y emplazó a la prensa al lunes 20, cuando hará «una presentación en sociedad» de las «líneas rectoras» de su gestión, que son «las del propio Gobierno», como ya había adelantado este domingo.
Ayer, Bustillo acudió a la residencia particular de Lacalle Pou, con quien repasó la agenda internacional de la nación sudamericana y que le señaló que «no se puede perder el tiempo» en política exterior.
El 6 de julio, un día después de su llegada desde España en el primer vuelo de línea regular de Iberia desde el cierre de fronteras por la COVID-19, el nuevo canciller firmó en su casa el acta correspondiente para asumir el cargo de ministro.
Antes del viaje, Bustillo se había hecho el test, con resultado negativo. Pese a ello, estaba obligado a mantener una semana de cuarentena hasta la realización de una nueva prueba, que volvió a dar negativo.
(EFE)
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