La parte argentina de las Cataratas del Iguazú volvió a recibir visitantes tras cuatro meses de confinamiento en el que el Parque Nacional estuvo cerrado al público.
Por primera vez en más de cien días, el rumor del agua estuvo acompañado por el de las voces de las familias que, protegidos por mascarillas, recorrieron las pasarelas o sendas situadas en medio de la selva y disfrutaron de las vistas de la que es considerada una de las Maravillas Naturales del Mundo.
La posibilidad de observar este espectáculo natural estuvo limitada a 200 personas por día que acudieron el pasado fin de semana(sábado y domingo), una situación que, de momento, se mantendrá así a la espera de que remita la pandemia en Argentina.
LA NUEVA NORMALIDAD DE LAS CATARATAS
Los oriundos de la zona que quieran visitar las instalaciones deben reservar previamente una de las 200 entradas diarias disponibles mediante el envío de una petición por Whatsapp acompañada de una foto del documento de identidad que atestigüe que residen en las cercanías del parque.
En esta nueva etapa, el lugar no solo acoge a menos personas, sino que también abrirá únicamente durante el fin de semana y por un horario reducido. Asimismo, los 200 visitantes se repartirán en dos grupos de 100 que, a su vez, entrarán y saldrán en horarios diferentes.
Tampoco se podrá realizar el recorrido completo, ya que la Garganta del Diablo, la más elevada del lugar con 80 metros de altura, no estará aún abierta al público.
Entre las medidas de seguridad requeridas, se encuentran llevar en todo momento una mascarilla, mantener la distancia de seguridad de dos metros, moverse en los grupos dirigidos por personal del parque y llevar gel sanitizante para lavarse las manos antes de entrar y durante el viaje. Además, están prohibidos tanto los picnic como el consumo de mate- una tradición muy arraigada en el país austral.
Entre las medidas de seguridad requeridas, se encuentran llevar en todo momento una mascarilla, mantener la distancia de seguridad de dos metros, moverse en los grupos dirigidos por personal del parque y llevar gel sanitizante para lavarse las manos antes de entrar y durante el viaje.
Con solo 41 casos, la provincia de Misiones – donde está el parque- es una de las menos afectadas por la pandemia del coronavirus de Argentina- que el pasado domingo superó los 100.000 casos totales y en el que gran parte de la población sigue confinada.
La falta de turistas por el coronavirus no fue el único problema con el que tuvo que lidiar la administración del parque. La bajada del caudal de los ríos Paraná e Iguazú, por una sequía que azotó el norte del país en el otoño austral, llegó a hacer que parte de las cataratas se secaran hasta que volvió a llover.
Constituido como Parque Nacional en 1934, uno de los primeros del país, las Cataratas del Iguazú comprenden 67.720 hectáreas de selva y 275 saltos de agua, lo que lo convierte en uno de los mayores atractivos turísticos del país austral y un lugar de un alto valor ecológico por la diversidad de especies que lo pueblan.
En el otro lado de la frontera, el lado brasileño de las Cataratas inició su propia nueva normalidad turística a primeros de junio, pero un repentino aumento de los casos en la ciudad anexa al parque- Foz de Iguazú- hizo que la administración tuviera que cerrarlo de nuevo y así permanece en la actualidad.
(EFE)
Comentarios