Por Federico Anfitti
Uruguay es ejemplo en el mundo por su tratamiento de la crisis sanitaria generada por la COVID-19; sin embargo, la frontera seca con Brasil se presenta como el mayor desafío de esta pequeña nación suramericana que busca proteger su talón de Aquiles.
Desde que comenzó la emergencia sanitaria el pasado 13 de marzo en Uruguay hasta este jueves se registran 1.506 casos positivos (223 aún activos y 41 fallecidos) y en el departamento fronterizo de Rivera (norte) son 36 las personas contagiadas actualmente.
A pesar de que Montevideo sigue siendo el lugar con más enfermos de COVID-19, los ojos de las autoridades están puestos en Rivera y el Gobierno decidió llevar allí un laboratorio de PCR.
CUANDO LA FRONTERA ES UNA CALLE
Brasil y Uruguay tienen una relación de hermandad especial. Pese a sus diferencias hay una extensa población que forma parte de ciudades divididas únicamente por una plaza, un puente, una calle o incluso un cantero central donde comparten costumbres y hablan el «portuñol».
En estos sitios la vida de sus pobladores es compartida y, en muchas ocasiones, trabajan de un lado de la frontera mientras viven del otro y ello acarrea problemas a la hora de controlar una pandemia tan dura como la del coronavirus.
«El flujo de gente que ingresa y gente nuestra que va no se controla porque somos una misma ciudad», dice a Efe la intendenta de Rivera, Alma Galup, quien señala que el Gobierno departamental (provincial) intenta disuadir a sus ciudadanos para que no crucen la frontera pero no pueden tomar medidas restrictivas.
Meses atrás hubo un primer brote en Rivera después de que llegara el coronavirus desde la ciudad vecina de Santana do Livramento (Brasil). Desde ahí se extendió la enfermedad pero rápidamente hubo una reacción que, gracias a una serie de medidas fronterizas y al seguimiento epidemiológico de los contagiados, permitió controlar la problemática.
Tras semanas tranquilas, en las que se concretó un acuerdo binacional para tener medidas espejo en ambas naciones y que se reforzara los test PCR (principalmente del lado brasileño cuyo país es el segundo más afectado del mundo por la enfermedad), la enfermedad volvió a Rivera.
El aumento de casos y el riesgo por su posible propagación llevó a las autoridades a tomar medidas entre las que se encuentra el test PCR obligatorio para todas las personas que se hospitalicen en Rivera pero, al igual que desde el inicio de la pandemia, se descarta que haya confinamiento obligatorio.
El presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Leonardo Cipriani, concurre este viernes junto a autoridades sanitarias a Rivera para seguir de cerca la evolución de los brotes.
«Lo que veo es que esto es más controlado, más lento. Cuando se registró el brote anterior fue una explosión porque se concentró todo en una reunión religiosa y hubo una contaminación muy grande. Ahora es virus comunitario, es decir que prácticamente se registra el hilo epidemiológico y todo tiene sus marcas de origen en Livramento», señala la intendenta.
UN LABORATORIO VOLADOR
Ante el aumento de casos en Rivera, una de las mayores dificultades surgidas fue la velocidad para procesar las muestras obtenidas de las personas contagiadas. Este problema perjudica el seguimiento epidemiológico y se multiplica cuando los brotes se dan en diferentes sitios.
Debido a ello, el Gobierno decidió llevar a Rivera un laboratorio para poder procesar los test PCR en 24 horas y así obtener resultados rápidamente.
El avión Hércules de la Fuerza Aérea fue el encargado de trasladar el pasado martes los elementos necesarios para instalar el laboratorio de la empresa ATGen.
La compañía ya cuenta con un laboratorio en el Laboratorio Tecnológico de Uruguay (Latu) y en el barco Francisco de la empresa marítima rioplatense Buquebús.
«Es un laboratorio estándar de biología molecular. En principio va a ser solo para procesar COVID por PCR. La idea es procesar las muestras de la ciudad de Rivera, en el caso de ASSE (salud pública) como del sector privado y los camioneros que vienen de la frontera», explica a Efe la bioquímica y directora técnica de ATGen, Sofía Tedesco.
Según señala, el laboratorio tiene capacidad para hacer unos 300 test diarios aunque no se descarta que pueda aumentarse si hay más brotes.
También existe la posibilidad de que, a raíz del acuerdo binacional que mantienen Uruguay y Brasil, ATGen pueda hacer test a la población de Santana do Livramento para que, de esta forma, el control de esta enfermedad sea más efectivo.
EFE