Por Cristina Lladó
Miles de parejas binacionales separadas por los cierres de fronteras y restricciones de viajes por el coronavirus claman en internet por que los gobiernos reconozcan su derecho a estar juntos.
España se unió esta semana al grupo de diez países de la Unión Europea que ha establecido un proceso para que ciudadanos y residentes no legalmente casados o inscritos en registros de parejas, demostren que tienen una relación sólida, con un amor verdadero y por tanto, puedan reunirse tras meses de separación por la pandemia.
La iniciativa responde al clamor de parejas en foros, páginas de Facebook y Twitter, y también a la recomendación que a principios de agosto hizo la Comisión Europea.
Nada más conocer la noticia procedente de España, foros como «Love is not Tourism» (el amor no es turismo), páginas en Change.org, blogs, cuentas de Facebook y de Twitter estallaron de alegría: los españoles ya pueden sumarse a la fiesta del reencuentro con la persona amada.
Desde que el pasado mes de marzo la epidemia del coronavirus se desatara en Europa, miles de extranjeros enamorados de ciudadanos europeos quedaron atrapados y sin posibilidad de viajar para el reencuentro.
Los casos son variados; novios que preparaban su boda, estudiantes en el extranjero que debieron regresar a sus casas en vuelos que no admitían más que a ciudadanos europeos, parejas que habían planeado reencontrarse tras una separación por trabajo, estudios o motivos familiares.
Todos varados a miles de kilómetros intentando mantener viva la llama, a la vez que luchaban contra la burocracia y las normas restrictivas impuestas por precaución ante el avance de la pandemia.
«El cierre de fronteras ha sido -y aún es- una medida razonable, es obvio que había que frenar el turismo», reconoce la página «Love is not tourism», epicentro de la protesta en internet, «pero el amor no es turismo. No se trata de unas meras vacaciones de verano, es cuestión de salud mental y del futuro de miles de personas», dice.
Las parejas distanciadas se declaran dispuestas a costearse sus propias pruebas o a realizar cuarentenas estrictas con tal de que les permitan «el reencuentro seguro y no burocratizado» con su amor transnacional.
Gracias a las decisiones tomadas por España y otros países de la UE, Lautaro (español) y Lisa (argentina) podrán volver a verse tras demasiados meses de angustia.»Tenemos una relación desde hace 5 años», narra Lisa en uno de los foros donde explica que tenían previsto casarse el pasado 20 de marzo en Argentina, pero suspendieron la boda y pasaron el confinamiento juntos hasta que, en mayo, Lautaro tuvo que regresar a España para poder ver a sus hijos.
Ella quedó atrás para resolver los trámites de la visa y se vio atrapada, y ahora desde internet clama: «por favor, ayúdennos a hacerle comprender al Gobierno español que nuestro amor es real y esencial, y que merecemos reunirnos».
Kevin (estadounidense) también está desesperado: lleva separado de su prometida Lucía (española), desde el pasado mes de diciembre, cuando ella se quedó en Madrid a la espera de la entrevista con la embajada de Estados Unidos para conseguir una visa que les permitiera reunirse de nuevo.
«Estamos en una situación muy dura y a la que no se le ve solución. No tenemos ni idea de cuándo se reanudará en proceso de solicitud de visados y estamos muy desesperanzados», relata en la misma web.
El belga Mickael y su novia mexicana Danka; la francesa Emma y su prometido estadounidense Matt; el francés Dorian y su enamorada argentina Silvina, son ejemplos de las miles de parejas desesperadas por volverse a ver y atrapadas por el coronavirus, la burocracia y las fronteras.
Pese a las tímidas victorias en fronteras europeas, aún hay muchas parejas separadas, advierte la web the «Love is not tourism», y enumeran iniciativas, foros y páginas webs en distintos idiomas con el mismo objetivo: que el coronavirus no venza al amor.
EFE
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