Devorador de libros y apasionado de su profesión, el seleccionador de fútbol de Uruguay, Oscar Washington Tabárez, sonríe permanentemente al hablar de la vuelta a la competición, con las eliminatorias del Mundial, pese a las lógicas dudas motivadas por la expansión de la pandemia en Latinoamérica.
Recibe a Efe en el Complejo Celeste en una mañana soleada que anuncia la primavera austral para una entrevista en la que, de manera pausada pero sin ambages, habla de Edinson Cavani, cuya situación le «preocupa», y de Luis Suárez y Diego Godín, con los que cuenta por su «compromiso» con la selección aunque no jueguen tanto.
Alarmado por el tiempo perdido este año en el trabajo con las selecciones inferiores, a sus 73 años enarbola la bandera del fútbol infantil como cantera inagotable para Uruguay y se resiste a hablar del cambio generacional en la absoluta porque, para él, es un proceso evolutivo.
Esta es la charla con ‘el Maestro’ Tabárez:
PREGUNTA: ¿Cómo ha vivido este año tan particular?
RESPUESTA: El coronavirus nos golpeó fuerte porque hubo tanto cambio y destrucción en las rutinas… En este país creo que se ha hecho de buena manera. La definición de control relativo de la pandemia creo que es un término bueno porque se ha controlado, pero no hasta el punto de olvidarlo y traer males mayores. En lo que respecta al fútbol, siempre pendiente.
P: ¿Cómo lo ha afrontado en lo personal?
R: Haciendo los protocolos, las recomendaciones de no salir, sobre todo por mi edad. Lo hemos hecho sin problemas. No he tenido a nivel personal ni familiar ningún contratiempo, pero, más allá de que se supone que uno tiene tiempo para hacer cosas que no hacía, es algo totalmente nuevo y hay cosas significativas que tienen que ver con la vida de las personas que no se pueden hacer, acercarse a los nietos, charlar con sus hijos.
P: ¿Cómo considera que ha afectado a los profesionales del fútbol?
R: Todo afecta. Todo lo que sean los ritmos y las rutinas que están establecidas son parte de las personas. Y cuando eso se interrumpe y, como en el caso de este proyecto que tenemos nosotros en la selección, se daña por las cosas que dejan de hacerse que tienen que ver con la continuidad, el trabajo permanente o la competición internacional para permitir que la evaluación sea permanente, todo eso se ha roto, es un daño. El tiempo que perdimos no lo vamos a poder recuperar. Por ejemplo, acá se interrumpió la actividad del fútbol local, ahora se reinició, pero hubo que comprimir en tiempos menores a los normales la misma cantidad de partidos. Eso hace que se juegue mucho entre semana y el hecho positivo de que muchos jugadores de 18 y 19 años, de la selección sub 20, jueguen en sus equipos no permite que entrenemos como lo hacíamos siempre.
P: Considerando lo afectada que está la región por la pandemia, ¿es el mejor momento para programar las eliminatorias?
R: Ahí están muchas de las preguntas que yo me haría que no encuentran respuesta porque tiene que ver una cosa con la otra. En la situación nuestra (Uruguay es uno de los países que mejor ha controlado la pandemia, con 1876 casos y 46 fallecidos desde el 13 de marzo), recibir equipos, cumpliendo con protocolos, lo podemos hacer. Pero cuando tengamos que ir al exterior, en lugares donde hay tal cantidad de contagiados, que involucran al futbolista y al entorno del fútbol, me entran dudas.
Esto es de la FIFA, es la primera fase de un campeonato del mundo. Pero cuando se dice ‘vamos a cambiar y jugar en otro formato’, ¿cuál es el formato? No es cambiar y ya está. Pero cuando se dice que las grandes ligas europeas apoyan a los equipos que no van a dar a sus futbolistas… eso me resulta inaceptable.
¿Cómo se piensa que se puede jugar con jugadores del medio local, que no tienen experiencia, que no se han preparado, que se puede tirar por la borda todos los procesos de trabajo que ha habido anteriormente, que no se consulte a los jugadores interesados? (…) Por lo que yo entiendo, si no vienen los futbolistas no se reinicia la eliminatoria.
P: Hablando de las eliminatorias, usted tiene a algunos de sus jugadores más destacados, como Cavani, Suárez o Godín, con un futuro incierto. ¿Ha conversado con ellos? ¿Cómo cree que puede afectar a su rendimiento en la selección?
R: Siempre estamos en comunicación, pero no le voy a dar detalles. Cavani está en un panorama de mayor dificultad en cuanto a llegar a la normalidad de un futbolista que se prepara para estar al más alto nivel, trabajar con un equipo, tener una continuidad más allá de que la forma física bruta no la pierde nunca porque son jugadores muy responsables, son verdaderos atletas, pero los queremos para jugar con la selección. Dejemos entonces lo de Cavani, que es un tema que preocupa.
Pero lo de Suárez y Godín, por ejemplo, son muy parecidos. Han jugado en su liga con bastante continuidad; por diferentes problemas no jugaron todos los partidos, pero Luis superando algunas lesiones que tuvo, demostrando otra vez sus recuperaciones increíbles en cuanto a los tiempos. Ambos jugaron, tuvieron sus vacaciones, que es parte del entrenamiento anual, y ahora están trabajando con sus clubes, tienen contrato. Hablando de Suárez, no lo convocan para los partidos, pero no están en una condición de la que me pueda preocupar, para no citarlos, para jugar dentro de 20 días partidos de eliminatorias. Para mí es Suárez y es todo lo que ha demostrado acá, es toda su vocación por la selección, su devoción, el significado que le da y Godín ni que hablar. Está en la selección antes que nosotros, es como si fuera el hueso de la selección.
Vamos a apostar al camino recorrido, hay cosas que voy a relativizar. Si un jugador, por ejemplo, lo tengo que citar y no está jugando tanto, no va a ser algo decisivo como pudo ser en otra oportunidad. Está por encima de eso lo que me ha dado el jugador, lo que yo conozco, lo que sé de cómo es como persona, lo que lucharía por atenuar las carencias que puede tener en su forma.
P: ¿Cree que puede pesarles la situación anímicamente?
R: Estoy seguro de la importancia que le dan estos jugadores a la selección y cuando tienen que tomar decisiones sobre quedarse en un equipo o cambiarse tienen muy en cuenta todo lo que sea vinculado a la relación de ese equipo con la selección y los partidos que pueda jugar con ambos, porque la parte gruesa de la preparación en épocas normales los futbolistas las hacen con sus equipos. No vienen acá a entrenar, vienen a preparar un partido y me apoyo en todo lo anterior, porque cada vez tenemos menos tiempo.
P: Hay jugadores que están en la parte final de su carrera e incluso usted mismo ha hablado de su «último baile». ¿Cómo se prepara ese relevo generacional?
R: Es lo que hemos hecho anteriormente. ¿De dónde salieron Valverde y Bentancur? No me cayeron del cielo. Es todo un proceso de trabajo que se está haciendo. Y el fin de ciclo no es en el partido con Chile ni este año ni el siguiente ni en este Mundial. Ese es mi panorama (…) No entro en esa de que un jugador cumple 30 años y andamos preguntando ‘¿usted está buscando su sustituto? ¿cómo va a hacer?’. Lo vamos a hacer como hemos hecho siempre.
P: Usted ha generado la idea de que Uruguay es una gran familia, que la selección es como un club…
R: Sí, pero para la gente sigue siendo la selección. La selección no es un club, es ir al Estadio (Centenario) a alentar y transformarse, en la eliminatoria anterior, en el país que vendió más entradas jugando de local; es venir a agradecer acá por lo que han hecho por sus hijos; es la anciana que, cuando volvimos de Sudáfrica, me escribió para decirme ‘nunca me interesó el fútbol, lo odiaba y ahora salí a la calle con unas ganas de abrazarme con la gente’. Eso genera una cultura en la que el fútbol siempre estuvo muy ligado, y en los últimos tiempos algo se ha aportado a esa cultura y hay algunos cambios debidos a la selección.
P: ¿Qué pasa en Uruguay que exporta jugadores a todo el mundo?
R: Tenemos un gran tesoro que no está en otra parte del mundo, que es el fútbol infantil. Acá no son solo niños que juegan al fútbol. Cuentan con una organización que la hicieron ellos mismos, los vecinos, los padres, jugando en sus barrios, teniendo un equipo al que se le proporcionó una canchita… Hay una realidad que hace que los fines de semana, en condiciones normales, casi 300.000 personas quedan involucradas en el entorno del fútbol de niños. Y yo no tengo cómo demostrarlo, pero apostaría a que cuando se reinicien los partidos, en algún partido de ‘baby fútbol’ va a haber un jugador que en poco tiempo va a estar en la selección de Uruguay, porque todos los que han estado han pasado por el ‘baby fútbol’. De ahí salen los grandes jugadores, de ahí nacen los sueños, de ahí nace la cultura futbolística, de ahí nace este proyecto de selecciones.
En 2019 debutaron jugadores juveniles como Matías Viña o Brian Rodríguez. Es el camino y yo bromeaba, cuando la fractura de Fernando Muslera, decía: ‘quédense tranquilos, que vamos a jugar con arquero’.
P: Es que Muslera parecía intocable en el arco…
R: Alguien va a haber y va a representar a la selección de Uruguay y no es la primera vez. ¿Cuántos partidos estuvimos sin Suárez y Cavani juntos a la vez? Sí que son importantes, porque uno es el goleador histórico, el otro el segundo, pero eso va a continuar así y vamos a ver lo que nos depara. A mí me entusiasma. La incertidumbre no me gusta. Siempre quiero lograr un posicionamiento frente a las incertidumbres pero el no saber qué va a pasar, ese enigma, a mí me apasiona. Traté de transmitir, cuando tenía que hacerlo, que la historia de los partidos se escribe jugando, dentro de la cancha. Todo lo demás, lo anterior y lo posterior, tiene que ver, pero lo definitivo es el partido en la cancha.
P: Usted fue el responsable de que Valverde llegase a la absoluta. ¿Tenemos que fijarnos en alguna nueva joya del fútbol uruguayo?
R: Yo nunca dije ‘Valverde va a jugar en la selección’. El jugador llega a la selección cuando viene a una convocatoria, primero en la reserva. No descarto que aparezcan jugadores nuevos en la selección porque las juveniles han seguido en un nivel importante, han aparecido futbolistas, acceden rápidamente.