Brasil registraba hasta 2018 cerca de 10,3 millones de personas, equivalentes al 4,9 % de la población, en situación de inseguridad alimentaria grave, tres millones más frente a los datos de 2013, informó este jueves el Gobierno.
El estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) indicó que con datos recopilados entre 2017 y 2018 en un estudio por muestra de los 68,9 millones domicilios del país, un total de 84,9 millones de brasileños o el 40,9 % de la población tenía, en mayor o menor grado, un acceso irregular a los alimentos básicos.
De ese porcentaje, 56 millones de brasileños se encontraban en medio de una inseguridad alimentaria «leve», 18,6 millones en un grado «moderado» y los 10,3 millones restantes en una situación considerada «grave».
Desde 2004, cuando comenzó la Pesquisa Nacional de Muestra por Domicilios (PNAD, por su sigla en portugués), Brasil tenía una seguridad alimentaria para el 65,1 % de su población, porcentaje que con los programas implementados en el Gobierno del entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva se elevó al 69,8 % en 2009.
En 2013, ya con Dilma Rousseff en el poder, sucesora de Lula, Brasil alcanzó una seguridad alimentaria para el 77,4 %, en el pico más alto de la medición, pero en los cinco años posteriores bajó al 73,4 %, el último referente oficial divulgado este jueves.
La situación se torna más crítica en las regiones Norte y Nordeste, las más pobres de Brasil, donde menos de la mitad de los hogares tiene acceso pleno a la alimentación, con un 43 % y un 49,7 %, respectivamente, de seguridad alimentaria.
En las otras tres regiones el porcentual fue del 64,8 % en la Centro-Oeste, 68,8 % en la Sudeste -donde están los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro- y del 79,3 % en el Sur del país, en los estados fronterizos con Argentina, Paraguay y Uruguay.
El saneamiento básico, por su parte, registró un 63,2 % de domicilios con red de alcantarillado y pluvial, un 32,4 % con letrinas independientes, un 3,5 % usa otros medios alternativos y un 0,9 % carece totalmente de ella.
El abastecimiento de agua llega al 84,9 % de los hogares y el 15,1 % restante lo reciben a través de medios alternativos, como camiones tanque y recolección manual en ríos y riachuelos.
Un 83,6 % de los hogares brasileños en 2018 tenía servicio de recolección de basuras, mientras que tan solo la mitad recibía electricidad.
Las cifras no incluyen todavía los datos de 2019, cuando asumió el poder el líder ultraderechista Jair Bolsonaro, y de 2020, año atípico en todos los sectores y actividades por la pandemia del nuevo coronavirus, que también incide en la situación de seguridad alimentaria.
EFE