Argentina inició este lunes una nueva extensión de las restricciones que rigen desde hace seis meses contra el coronavirus, en un momento de fuerte aumento de contagios y muertes en varias provincias del interior del país, en las que se ve con preocupación el riesgo de colapso del sistema sanitario.
Desde que el 3 de marzo se registró su primer caso, en Argentina se han detectado con COVID-19 un total de 640.147 personas -de las que 508.563 ya se han recuperado y 13.482 han muerto-, lo que la ubica en décimo lugar del mundo por número de afectados y decimocuarto por fallecidos, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
El pasado viernes, el Gobierno anunció una nueva extensión, hasta el 11 de octubre, de las «medidas de cuidado» -ya no se habla de cuarentena- para frenar la pandemia, con la vista puesta en diversas provincias donde el virus está avanzando a mayor velocidad que en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que durante los primeros meses fue la más afectada.
El aislamiento social obligatorio decretado el 20 de marzo ha pasado por diversas etapas, y ahora, aunque el país registra desde hace varias semanas sus peores cifras de la pandemia, se encuentra ya muy flexibilizada en gran parte del territorio, pero con múltiples restricciones y medidas de distanciamiento cuya competencia es ya de cada autoridad local.
LAS ZONAS MÁS PERJUDICADAS
En las últimas 24 horas se han anotado 8.782 nuevos contagios, 3.700 con residencia en la provincia de Buenos Aires y 678 en la capital, y los demás en el resto de provincias, con Santa Fe (centro este) con 1.215 contagios, Córdoba (centro) con 770, y Mendoza (oeste), con 599 casos.
Mientras en la capital se avanza en el plan de reapertura, con la mayoría de sectores comerciales funcionando con protocolos y restricciones y la autorización para que los ciudadanos salgan a la calle -con mascarilla y manteniendo la distancia social-, en otras zonas con aumento de contagios se mantienen medidas más rígidas.
En Rosario, tercera ciudad por población del país, se ampliaron por una semana más medidas que prohíben, salvo para sectores esenciales, salir de casa a una distancia mayor de 500 metros y más allá de las 19,30 horas o el funcionamiento de la actividad gastronómica que no sea en modalidad de llevar o para recibir a domicilio.
«Estos días estaremos testeando en todo el territorio, aislando a santafesinos que se hayan contagiado, para poder frenar la circulación del virus y disminuir la tasa de contagio que nos lleva a pedir 7 días más de esfuerzo en resguardo de nuestro sistema de salud», expresó el gobernador Omar Perotti el pasado viernes.
Mientras, en Córdoba, segunda ciudad argentina y con 181 nuevos casos, se decidió que salones de fiesta y discotecas -que por ahora no pueden abrir- puedan funcionar como bares y restaurantes para que muchos locales hoy cerrados reabran.
«La salud publica atraviesa uno de los momentos más desafiantes de su historia», expresó el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, en un mensaje por el día nacional de la Sanidad, en cuya conmemoración y por solidaridad se declaró hoy feriado en la administración pública provincial y solo se puede salir para hacer compras de primera necesidad.
PREOCUPACIÓN POR LAS CAMAS DE CUIDADOS INTENSIVOS
En la actualidad, 3.387 personas afectadas por COVID-19 están en cuidados intensivos.
En concreto, el nivel de ocupación de camas con enfermos graves, ya sea por coronavirus u otras dolencias, es del 60,3 % en el ámbito nacional y del 65,5 % en el AMBA, aunque preocupan especialmente ocho provincias con alta tensión en sus sistema de salud.
En las zonas con mayor incidencia del virus, desde el Gobierno nacional se recomienda incrementar las restricciones en forma transitoria para disminuir la circulación de personas y reducir las posibilidades de contagio.
Y en todo el país, el Ejecutivo pide evitar reuniones en espacios cerrados y que cada ciudadano use mascarilla, respete una distancia de dos metros y se lave las manos con frecuencia.
UN DÍA DE FESTEJO Y PROTESTAS
Cada 21 de septiembre, día de inicio de la primavera en el hemisferio sur, se celebra además en Argentina el Día del Estudiante, y es tradicional que jóvenes se reúnan al aire libre a modo de festejo.
Es por eso que por la situación de pandemia, en Buenos Aires, donde desde varias semanas se permiten las reuniones en espacios abiertos al considerar que la curva de contagios que se mantiene estable, se lleva a cabo un operativo especial en diversos puntos con el fin de garantizar el distanciamiento social de los vecinos.
El ministro de Salud local, Fernán Quirós, pidió cautela y llamó a hacer un esfuerzo de no correr riesgos, especialmente por ser también el Día de la Sanidad.
Pero hoy también fue día de protestas, en un país que lleva más de dos años en recesión, agravada ahora por los efectos de la pandemia y la cuarentena en la actividad económica.
Uno de los sectores que se movilizaron en diversas ciudades fue el del turismo, de los más golpeados en los últimos meses.
Al grito de «Queremos trabajar, queremos trabajar» trabajadores de ese rubro exigieron la reactivación de las actividades y rechazaron la decisión del Gobierno de agregar un nuevo impuesto, del 35 %, al gasto que los ciudadanos hagan con tarjeta de débito o crédito en el exterior, que se suma al del 30 % que ya rige desde diciembre pasado.
EFE
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