Ampliamente reconocido por su obra en poesía y narrativa, Mario Benedetti tuvo en el humor y en la crítica dos facetas que, pese a ser menos difundidas, fueron transversales a toda su obra y forjaron su reconocido estilo literario.
Pese a los numerosos homenajes y actos conmemorativos que se desarrollaron tanto en Uruguay como en España, Cuba y otros países para celebrar, en torno al 14 de septiembre, el que hubiera sido su cumpleaños número 100, si en algo coinciden los aficionados al mundo literario es que son muchos los rincones poco explorados de Benedetti (1920-2009).
Este fue el foco de dos charlas realizadas este jueves por la Dirección Nacional de Cultura de Uruguay para dar cierre a las celebraciones por el centenario que la Fundación Mario Benedetti conmemoró con el sorpresivo anuncio de la existencia de una novela inédita del autor.
Mientras son conocidos por muchos sus poemas musicalizados «Te Quiero» y «Corazón coraza» o las adaptaciones al cine del argentino Sergio Renán de «La Tregua» y «Gracias por el fuego», pocos recordarán los libros que el autor de «Poemas de la oficina» y «Montevideanos» escribió bajo el pseudónimo Damocles.
Sobre ese punto se detuvo, durante la mesa «El humor y las representaciones de Benedetti: cine, teatro y ballet», el poeta y actor uruguayo Eduardo Nogareda, quien reflexionó sobre las características del humor en la obra de Benedetti.
Tras indicar que efectivamente hay varias crónicas y artículos específicamente del género humorístico poco conocidas como las que reunió firmando como Damocles en «Mejor es meneallo», Nogareda resaltó que el humor está presente casi en toda su obra.
«Benedetti tenía a mano un aspersor para asperjar o echar gotitas de humor a lo largo de todas sus obras», puntualizó el poeta, quien remarcó que hasta una novela «de indudable sesgo dramático» como «Gracias por el fuego» tiene un comienzo en tono humorístico.
En concreto, para Nogareda, son frecuentes los juegos de palabras, algo que, dice, Benedetti usaba incluso en algunos títulos a modo de «parodia» de dichos o frases conocidas.
Asimismo, para Nogareda, que fue el encargado de escribir el prólogo de «La Tregua» en su versión para la Editorial Cátedra en 1979, el humor burlón y a veces irónico de Benedetti va a la par de la «ternura», elemento que, resalta, lo caracteriza como poeta y narrador.
Por otro lado, el oficio de crítico del autor nacido en la localidad de Paso de los Toros (centro), fue, según señaló en la mesa «Las voces de Mario» el poeta y coordinador de la Fundación Benedetti, Roberto Lopez Belloso, «una de las vetas más olvidadas» de su carrera.
Para López, pese a ser masivamente reconocido por sus novelas y sus poemas, Benedetti «hizo de la crítica mucho más que un oficio para ganarse la vida» y, por ende, es abundante la obra crítica del escritor.
«Si nosotros vemos cuáles serían los libros imprescindibles de Benedetti hoy, sin duda ‘El ejercicio del criterio’ es uno de ellos aunque (por ser una obra crítica) es de los menos recordados», concluye.
EFE
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