La selección uruguaya de fútbol llegó este domingo a la ciudad portuaria de Guayaquil y pasó a descansar en uno de los principales hoteles a la espera del partido del próximo martes, en Quito, contra Ecuador por la segunda fecha de las eliminatorias sudamericanas del Mundial de Catar 2022.
«¡Hola, Ecuador!», publicó en su página de Twitter el combinado uruguayo y añadió: «la Celeste arribó a Guayaquil y se trasladó hacia el hotel Sheraton para concentrar en las horas previas a la partida a Quito».
El equipo que dirige Oscar Washington Tabárez, se entrenó hoy en Montevideo, donde permaneció concentrado tras el triunfo por 2-1 sobre Chile en el arranque de las eliminatorias el jueves pasado.
Cada vez que Uruguay le tocó jugar por eliminatorias contra Ecuador, se concentró y se entrenó en Guayaquil, ciudad que está a nivel del mar, y «sube» a Quito horas antes o un día antes de cada partido.
Esa precaución para evitarse los efectos de los 2.850 metros sobre el nivel del mar en que se ubica la capital ecuatoriana, le dio resultados, pues en el 2001, empató por 1-1; en el 2005 se llevó otro empate, pero sin goles, y en el 2009, sorprendió y dejó sin opción de Mundial de Sudáfrica al local con triunfo por 1-2.
El equipo se entrenará mañana, lunes, en el estadio Monumental «Isidro Romero Carbo», de propiedad de Barcelona, ubicado a unos 15 minutos del hotel de concentración.
La Celeste echará de menos al centrocampista del Flamengo de Brasil, Giorgian de Arrascaeta, debido a una lesión.
Además, el seleccionador uruguayo efectuaría algunos cambios para enfrentar a Ecuador en el estadio «Rodrigo Paz Delgado», de propiedad de Liga de Quito, fruto del gran desgaste físico ante Chile del que no lograrían recuperarse algunos jugadores como el goleador Luis Suárez.
Mientras Uruguay buscará cerrar con seis puntos sus dos primeras presentaciones, el local saldrá urgido por la victoria, tras la derrota en el debut por 1-0 ante Argentina, en el comienzo del proceso con el argentino Gustavo Alfaro, desde el pasado 7 de septiembre, después de varios fracasos del «equipo de todos».
EFE
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