Por Santiago Carbone
Dueño de un talento envidiable y de una pegada exquisita, Álvaro Recoba es, sin lugar a dudas, uno de los futbolistas más destacados surgidos en Uruguay.
Figura en su juventud de un Inter de Milán donde las estrellas ocupaban todos los puestos del campo de juego, ‘el Chino’ es una voz más que autorizada a la hora de hablar de fútbol, un deporte que, desde su punto de vista, «ha perdido calidad».
Así lo dice durante una entrevista con Efe en Montevideo en la que, entre otras cosas, habla sobre su pasado como futbolista, su posible futuro como entrenador y la línea de vinos que acaba de lanzar.
También cuenta su incursión en las cocinas Masterchef donde, pese a considerar más difícil hacer un sandwich olímpico (típico de Uruguay, con queso, jamón, huevo, tomate y lechuga) que un gol olímpico (anotado desde el córner), ha mostrado una calidad similar a la que dejaba ver en los terrenos de juego.
PREGUNTA: ¿Extrañas el fútbol?
RESPUESTA: No, para nada. A veces me enojo por no haber seguido jugando. A mí me pasó de grande ya disfrutarlo y tener una visión de lo que era el fútbol de una manera que a un joven de 20 años le es difícil de entender. Me vuelvo loco muchas veces cuando veo situaciones de juego donde hoy un jugador de 20 años no se da cuenta cómo se tiene que mover para hacer lo que yo pude haber hecho con 36. Ahí me da un poco de cosa no poder o no hacer desde adentro de la cancha algo de lo que están haciendo. No extraño. Sí me gustaría estar día a día explicando ciertas cosas porque el fútbol ha perdido un poco de encanto, de calidad; esa es la realidad.
P: ¿En qué lo notas?
R: Lo noto en el fútbol que veo. La calidad la ves en el día a día en los partidos. En el fútbol uruguayo falta calidad. A nivel mundial hay menos cantidad de calidad. Están los jugadores que tienen mucha, pero son contados con la mano. Antes había una media mayor de calidad: Del Piero, Roberto Baggio, Francesco Totti, Ronaldinho…
P: Integraste un equipo con mucha calidad en el Inter de Milán. ¿Qué recuerdos tenés de ese momento?
R: Siempre me pasa lo mismo. Empiezo a nombrar con los que jugué y me faltan 50. Jugar con Ronaldo, (Roberto) Baggio, (Iván) Zamorano, (Christian) Vieri, (Zlatan) Ibrahimovic, Adriano, (Javier) Zanetti, el ‘Cholo’ (Diego Simeone), (Mathías) Almeyda, (Juan Sebastián) Verón y me faltan muchísimos. Hoy encontrar cuatro o cinco jugadores de ese nivel en un equipo es muy difícil. Hay equipos que son muy poderosos, como hoy puede ser el Bayern, pero no está el jugador desequilibrante, no tenés al Ronaldo de 1997 del Inter, me parece. Antes vos sabías que antes uno o dos jugadores de mucha calidad en cada equipo había. A mí no es que no me guste el fútbol, porque me gusta, pero no me hallo en ponerme a mirar una cantidad de partidos cuando no hay nada que te deslumbre.
P: Considerando lo que te gustaría que se desplegara en una cancha, ¿te ves como entrenador?
R: Sí me veo, cuando llegue el momento, ahora estoy terminando el curso. Por experiencia de haber tenido muchos entrenadores hay un par de cosas que el técnico no puede no tener para mí y mirando siempre a los que les ha ido bien a nivel bajo, medio o alto hay algo que es fundamental, que es la llegada al jugador, el modo en que el jugador entiende como sos vos, no como entrenador, como persona. Yo he tenido entrenadores que han sido muy buenos pero mentirosos, ese ya no me gusta. He tenido entrenadores como Marcelo Gallardo que no tenía experiencia y el tipo fue muy claro desde el principio. Fue siempre de frente y eso el jugador lo siente.
P: ¿Qué buscarías transmitir como entrenador?
R: En nuestro fútbol muchas veces cuesta hacerle entender a los jugadores que, antes de pensar en los sueños más altos, hay que pensar en los más chicos. Si estás en primera o en juveniles, no tengas el sueño de jugar en el Barcelona, a ese sueño vas a llegar. Al jugador lo que yo tengo que transmitirle es que busque el sueño que tenemos a mano, eso lleva al otro.
P: ¿Sos consciente que ocuparías un cargo que generalmente es el primero en cambiarse cuando las cosas no funcionan?
R: Y, bueno, pero esos son los riesgos que asumís. Lo más fácil que hay es echar al entrenador. Es muy difícil hacer autocrítica y decir: ‘¿qué le dimos?’. Después le podés haber dado todo al entrenador y realmente no funcionó. Hoy creo que uno de los pocos que no lo echarían y que elige cuándo irse es Gallardo. Eso se lo ha ganado él adentro de una cancha.
P: Hoy ocupas un cargo como director de Relaciones Internacionales de Nacional. ¿Adónde buscas llevar al club desde ese lugar?
R: Nacional está haciendo una transformación desde su presidente (José Decurnex), que está intentando darle un giro a la situación del club, mejorar a la hora de tener mejores lugares para trabajar día a día. A nivel internacional creo que no elegimos un buen momento para trabajar, porque hoy la pandemia ha parado todo, esa es la realidad. Mi idea es sumar desde donde sea, yo puedo aportar un granito de arena a algo que ya está encaminado. La idea es seguir creando vínculos, pero hoy el vínculo no va más allá de una llamada telefónica o poder juntarnos a hacer un zoom y tirar ideas. Al no estar la posibilidad de viajar, de ver a otros amigos que están en funciones en otros equipos para lograr cosas juntos es muy difícil.
P: También estás en el programa MasterChef Celebrity y hace poco lanzaste tu línea de vinos…
R: Hago de todo un poco. Me jubilé a los 39 años y hoy estoy disfrutando de la vida de la mejor manera posible, tratando de igualmente el tiempo ocuparlo o llevarlo de la mejor manera haciendo cosas y en el camino van apareciendo proyectos, cosas lindas para hacer.
En el medio de la pandemia salió lo de Masterchef (…) decidí meterme y al mismo tiempo surge lo de los vinos junto con dos amigos míos. A ellos les llegó de gente que trabaja en el exterior, uruguaya, una idea que capaz que estaría bueno hacer un vino con un nombre Chino y proponerlo en ciertos países a ver cómo funciona. A mí me encantó, me gustó lo que ellos me mostraron, la idea. Me gustó, vamos de cabeza ahí y hasta ahora todo lo que hago lo voy disfrutando. Uno trata de hacer las cosas con la excelencia que se necesita, en el restaurante, en Masterchef dentro de las posibilidades de cocinar hacer lo mejor posible y en el tema de los vinos también.
P: ¿Tenías experiencia en vinicultura?
R: No y tampoco soy un tomador para ser un experto. Tuvimos que hacer la cata y probar los vinos que íbamos a llevar (…) éramos cinco o seis personas, una yo que no soy experto, pero si vos presentas algo tiene que tener algo que te guste a vos. Me tocó elegir a mí: un tannat y un cabernet, lo que la mayoría les había gustado. En ese sentido, estoy tranquilo que el producto que sacamos es bueno. Tenía que ser algo que a mí me gustara, no algo comercial ni mucho menos.
EFE
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