Río libera playas y discotecas en una nueva fase de su rápida desescalada

Fotografía de archivo fechada el 13 de septiembre de 2020 que muestra una vista aérea de turistas en la playa de Ipanema en Río de Janeiro (Brasil). EFE/ Antonio Lacerda / Archivo

La alcaldía de la ciudad brasileña de Río de Janeiro liberó la permanencia de bañistas en sus playas, la apertura de las discotecas y el funcionamiento de los sistemas de bufé en los restaurantes en una nueva etapa de su rápida desescalada de las medidas que adoptó para frenar la pandemia del coronavirus.

La séptima fase de flexibilización de las reglas de distanciamiento social que habían sido adoptadas desde abril para hacer frente a la covid-19 en la segunda ciudad más afectada por la pandemia en Brasil fue anunciada este martes por el alcalde de Río, el pastor evangélico Marcelo Crivella, en rueda de prensa.

Pese a que la alcaldía hasta ahora solo había permitido la ida a la playa de deportistas y de bañistas que evitasen permanecer en la arena, en las últimas semanas fue común ver a cientos de personas aglomeradas en las turísticas playas de esta ciudad, muchas sin máscaras de protección y sin guardar distancia entre sí.

La prohibición, que la policía y la guardia municipal prefirieron ignorar y que tan solo era reprimida con multas a los vehículos que estacionaban frente a la playa, finalmente fue levantada y atiende a reivindicaciones de los empresarios del sector turismo, que esperan que la llegada del verano austral les permita recuperar los meses en que estuvieron con sus puertas cerradas.

La principal diferencia es que ahora los comerciantes que ofrecen productos y servicios en la playa pueden volver a operar, a vender alimentos y a alquilarle sillas y parasoles a los bañistas, desde que mantengan una distancia de 1,5 metros entre sus puestos.

Según Crivella, que aspira a ser reelegido en las elecciones del próximo 15 de noviembre y viene incentivando la reactivación de todas las actividades económicas en la ciudad pese a que la covid sigue sin total control, con las nuevas flexibilizaciones se da inicio a la última etapa del proceso de desescalada en Río.

Otras medidas de flexibilización que entran en vigor a partir de este martes son la apertura de las discotecas y de pistas de baile en los bares, el sistema de bufé en restaurantes, la apertura de las escuelas privadas para alumnos de todas las edades y la total liberación de los horarios para los comerciantes, que antes solo podían funcionar en determinados períodos.

Crivella afirmó que, pese a que la pandemia continúa, las curvas de contagio están controladas en Río de Janeiro.

ALCALDE NO TEME UNA SEGUNDA OLA DE LA PANDEMIA EN RÍO

«Además, es remota, en las condiciones actuales, la posibilidad de una segunda ola de la pandemia en la ciudad de Río de Janeiro», afirmó al citar la «inmunidad de rebaño» alcanzada por la población y al ser interrogado sobre los rebrotes de la enfermedad que están obligando a varios países europeos a reimplantar las restricciones.

El alcalde afirmó que el Comité Científico creado para asesorar en las políticas de combate al coronavirus concluyó que ya es posible dar inicio al llamado «período conservador» en el proceso de desescalada, que no impone restricciones a ninguna actividad económica desde que se adopten protocolos sanitarios preventivos.

Tales protocolos se refieren a limitación del público a dos terceras partes de su capacidad, a la distancia mínima entre las mesas, a la exigencia del uso de máscara y a los procesos constantes de desinfección, entre otros.

«Perdimos miles de negocios, restaurantes y tiendas. Estamos con un desempleo desalentador. Necesitamos retomar las actividades. Pero, de forma sagrada, vamos a mantener los protocolos y las medidas preventivas como usar máscaras en aglomeraciones», dijo.

Las playas y discotecas eran unas de las pocas actividades que hasta ahora no habían vuelto a la normalidad en Río, que en junio inició un rápido proceso de desescalada, cuyo ritmo ha sido criticado por médicos y científicos.

La ciudad de Río es una de las que más ha flexibilizado las medidas de distanciamiento social y desde junio y julio autorizó la reapertura de restaurantes, bares, gimnasios, tiendas en la calle, centros comerciales, salones de belleza, iglesias, escuelas y parques, entre otras actividades.

Igualmente fue la primera ciudad de Brasil en reabrir sus lugares turísticos y la primera en toda Suramérica en retomar su campeonato profesional de fútbol, aunque con estadios sin público.

Pese a la rápida desescalada, Río de Janeiro sigue sin controlar la pandemia y se mantiene como el segundo estado con más muertes por covid-19 en Brasil, con 20.636 fallecidos, y el cuarto con más contagios, con 311.308 casos confirmados.

Y Brasil, uno de los epicentros globales de la pandemia, es el segundo país con más muertos por coronavirus en el mundo después de Estados Unidos, con unos 160.000 fallecimientos, y el tercero con más casos confirmados, después de Estados Unidos e India, con 5,55 millones de contagios.

EFE

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