Acostumbrado a no sumar durante muchos meses más de 40 casos diarios de la covid-19, Uruguay conoció esta última semana una nueva realidad que lo puso en alerta: acercarse a la barrera de los 100 positivos diarios, un límite que los expertos consideran puede complicar la situación sanitaria del país.
El rastreo y aislamiento de casos es, hasta el momento, la más eficaz de las armas con las que el país suramericano lucha contra la pandemia, favorecido por su baja población -apenas 3,5 millones de habitantes- y su escasa densidad -menos de 20 uruguayos por kilómetro cuadrado-.
Este fue uno de los aspectos más destacados días atrás en una rueda de prensa por el matemático Fernando Paganini, uno de los integrantes del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), que brinda ayuda al Gobierno en la gestión del coronavirus.
SEGUIR EL HILO
Desde el 13 de marzo, cuando se declaró la emergencia sanitaria por la aparición de los cuatro primeros positivos de covid-19 en Uruguay, se han registrado 3.883 casos (684 activos, 10 de ellos en cuidados intensivos) y 64 fallecimientos.
Además del aumento progresivo de testeos (por ejemplo 3.183 este viernes), en Uruguay el trabajo de los rastreadores, quienes se encargan de trazar los hilos epidemiológicos, funciona muy bien y todos los expertos lo señalan como una de las principales explicaciones de por qué, hasta ahora, sigue sin haber circulación comunitaria del virus SARS-cov-2.
Según detalló Paganini, el umbral de rastreo es un mejor criterio que el utilizado al principio por el Gobierno de Luis Lacalle Pou para manejar la emergencia sanitaria, basado en no sobrepasar las plazas disponibles de cuidados intensivos.
«Al principio pensábamos: mientras no desbordemos los CTI estamos bien. Lo que hemos aprendido es que si uno mantiene las cosas dentro del nivel de rastreo, la epidemia se controla y el desborde sobre el sistema sanitario es moderado», aseguró el pasado 5 de noviembre.
A esto agregó que si uno espera el crecimiento exponencial, cuando se desbordan los centros «ya es tarde para actuar».
Para mantener esto, 84 rastreadores trabajan activamente en distintos puntos del país contactando a las personas contagiadas y a quienes estuvieron cerca de estas para ponerlas en cuarentena hasta que sean sometidas al test del covid-19. Por el momento solo un 15 % de casos no tiene trazabilidad.
Ante el aumento de casos de las últimas semanas, con récord diario superado jornada a jornada, el Ministerio de Salud Pública aprobó la contratación de otras 30 personas a este equipo, según confirmaron a Efe fuentes de la cartera.
LOS TRES DÍGITOS
En consonancia con esta decisión, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, apuntó este viernes que su plan es aumentar tanto el número de pruebas diarias como el de rastreadores si siguen creciendo los casos, al tiempo que pidió a la población que no descuide las medidas de protección personales.
De esa forma, el ministro aseguró que el país podrá mantener el «estatus sanitario» que lo distingue y que tiene como eje «mantener la salud, el bienestar, el trabajo y la educación».
Todos los expertos, incluidos los otros dos integrantes del GACH, los doctores Rafael Radi y Henry Cohen, insisten en la importancia de mantener a Uruguay en una cifra diaria de dos dígitos para que la situación no se descontrole y en el peligro que pueden tener las fiestas navideñas o las aglomeraciones en las vacaciones de verano.
La importancia del rastreo es tan importante que Álvaro Delgado, secretario de la Presidencia y uno de los hombres fuertes del Ejecutivo de Lacalle Pou, resaltó este jueves que Uruguay tiene «la pandemia controlada porque la clave es mantener los hilos epidemiológicos».
Al tiempo que pidió que la población fuera generosa «y responsable» para ayudar a que el país no pierda la condición sanitaria actual.
Con 14 de los 19 departamentos del país afectados por la pandemia, si bien dos de ellos (Rivera y Cerro Largo) en el centro de las preocupaciones por su condición de fronterizos con Brasil, Uruguay, país futbolero donde los haya, sigue jugando su partido contra la pandemia de la covid-19 y que, a pesar de su buena táctica, aún «no está ganado», en palabras del ministro Salinas.
EFE
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