Por Elio García
El Hotel Casino Carmelo tiene dueño, el Ministerio de Turismo. Y los dueños en todos lados se hacen cargo. Es tiempo que el Ministro de Turismo Germán Cardoso y su equipo cuiden lo básico de ese patrimonio.
No sabemos si el actual Ministerio tiene un plan estratégico que le de sentido a los hoteles que son de su propiedad. No tenemos idea cuántos emprendimientos turísticos son de su propiedad.
Nos interesa tan solo el Hotel Casino Carmelo, pero para comprender su estado actual de ruina deberíamos conocer el proceso de gestión empresarial que realizan los concesionarios y el monitoreo que uno espera de sus propietarios: el Estado, dentro de lo que son las políticas públicas de gobierno. Allí está gran parte de la clave en cómo nos devolvieron a los uruguayos un hotel casi en ruinas.
El Hotel Casino Carmelo fue inaugurado oficialmente en 1939. En una realidad muy distinta a la actual, pero veamos -como ejemplo- que la red de Paradores Nacionales que cuenta España fue creada en 1928 y es propiedad del Estado Español creada para dotar de infraestructuras turísticas a sitios históricos como castillos, donde la iniciativa privada no llegaba y de paso recuperar edificios del patrimonio histórico que de otra forma hubieran desaparecido,y todo con dinero público.
Hacerse cargo, es lo básico que se pide. Mantener el edificio, su infraestructura, para eso existen los gobernantes. Salir a buscar interesados para gestionarlo es un trámite. Difícil pero un trámite al fin. Nosotros queremos gente que cuide nuestro patrimonio, y para ello hay que invertir.
No solo invitando a que los uruguayos vacacionen dentro del país. Hay que invertir en todo aquello que es propiedad del Estado y vuelvo a reiterar: hacerse cargo.
De lo contrario es probable que volvamos a asistir a un segundo remate pero ahora del edificio.
Necesitamos que el Estado invierta en turismo, no es de recibo el argumento exclusivo de la rentabilidad económica, estamos hablando de un ícono de la ciudad que permaneció más de 80 años y que cualquier carmelitano con un trazo de un pintor se da cuenta qué representa.
El Hotel Casino Carmelo ha servido para darle sentido de pertenencia al talante turístico de la ciudad, es mucho más que un hotel, es una marca y durante mucho tiempo contribuyó a dinamizar la economía local vista con ojos de turismo.
Recuperar el Hotel Casino Carmelo es más importante en términos estratégicos que cualquier otro proyecto que se anuncie en la zona. Porque es el principio de las cosas. No podemos hablar del futuro sin atender aquellas cosas fundacionales que están en las manos del Gobierno Nacional.
El Hotel Casino Carmelo se cansó de vender la «marca de la comarca», la del Carmelo abierto al turismo con sus yates, su puerto, su aeropuerto y sus inversiones.
Es muy doloroso la apertura que hicieron el fin de semana para organizar el remate del mobiliario sin presentarlo al menos con un aspecto más digno por su historia.
Porque en cada rincón hay historias que hablan en silencio, gente, personas que pasaron por allí y dejaron lo mejor de si para que el viajero volviera siempre.
Del abandono y la desidia no hay retorno.
El Hotel Casino Carmelo merece respeto. No lo abandonemos.