Uruguay suspendió desde este lunes y hasta el próximo 10 de enero la presencialidad en las celebraciones religiosas, como otra de las medidas para frenar el avance del coronavirus SARS-CoV-2.
Así lo anunció en Twitter este lunes el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, poco después de la reunión virtual que mantuvieron él y el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, con los líderes de los distintos cultos presentes en Uruguay.
De hecho, el titular de la cartera sanitaria también publicó un mensaje en esa red social y agradeció que éstos acompañaran las medidas del Gobierno de Luis Lacalle Pou.
El mensaje de Delgado fue acompañado por una captura de pantalla de la reunión -celebrada por Zoom- y en esta puede verse que formaron parte de la misma el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla; el pastor de la Iglesia Evangélica Armenia Pedro Lapadjian; el obispo de la Iglesia Anglicana del Uruguay Daniel Genovesi, y el presidente del concilio general de las Asambleas de Dios en el Uruguay, Daniel Madrazo.
También integraron la reunión, entre otros, el obispo de Maldonado (este de Uruguay) Milton Tróccoli, el pastor de la Iglesia Evangélica Alemana de Montevideo Jerónimo José Granados, y los rabinos Daniel Dolinsky y Max Godet.
También este lunes entró en vigor la ley -aprobada este sábado en el Parlamento tras su presentación por parte del Ejecutivo- por la que se cerraron las fronteras tanto para extranjeros como para uruguayos residentes en el exterior hasta el 10 de enero y se limitaron las reuniones durante dos meses.
Otras medidas tomadas por el Ejecutivo son la reducción al 50 % del aforo del transporte interdepartamental (interprovincial) que sale de Montevideo, el adelanto de las vacaciones del personal de la administración pública y la cancelación de reuniones de los jerarcas del sector público.
Además, se instó al sector privado a facilitar el teletrabajo y se decidió extender el horario de los centros comerciales para que no se generen aglomeraciones en estos lugares.
EFE