La estatal brasileña Petrobras informó este miércoles de que se plantea la posibilidad de cerrar sus oficinas en Argentina, Colombia y Uruguay, todo en el marco de un ambicioso programa de desinversiones anunciado en 2015.
«La compañía mantiene, todavía, oficinas en Bolivia, Argentina, Colombia y Uruguay. En esos últimos tres países, hay un proceso de desinversiones en curso y la tendencia es que, una vez concluidos, las respectivas oficinas sean desactivadas», explicó Petrobras en un comunicado.
La nota agrega que Petrobras «va a racionalizar su presencia internacional en 2021» y que concentrará su actuación comercial en sus oficinas de Rotterdam (Holanda), Houston (EE.UU.) y Singapur, abarcando así «los tres principales mercados de petróleo del mundo: Europa, Norteamérica y Asia».
Este mismo miércoles, y también dentro de su ambicioso plan de desinversiones, Petrobras anunció que ha iniciado el proceso de venta de las acciones que posee en la empresa que opera el gasoducto tendido entre Bolivia y Brasil.
«Esa operación está alineada a la estrategia de optimización del portafolio y a la mejoría de aplicación del capital de la compañía, que pasa a concentrar sus recursos en activos en aguas profundas y ultra-profundas, en las que Petrobras tiene desde hace años un gran diferencial competitivo», explicó la empresa en un comunicado.
Además del 51 % de las acciones que posee en la Transportadora Brasileira Gasoducto Bolivia-Brasil (TBG), Petrobras también informó de que prepara la venta del 25 % de participación que mantiene en la Transportadora Sulbrasileira de Gás S.A. (TSB), que opera una red de gasoductos en el sur del país.
El programa de desinversión de Petrobras fue anunciado en 2015, como fórmula para enfrentar la elevada deuda de la empresa, la caída de los precios del crudo y las dificultades de captación, a lo cual se sumó el impacto del escándalo desatado en la compañía en 2014 por la vasta operación anticorrupción conocida como Lava Jato.
El ambicioso plan, sin embargo, se paralizó virtualmente este año como consecuencia de la pandemia de coronavirus y, en lo va de 2020, la empresa tan solo obtuvo 1.000 millones de dólares por la venta de activos que estaban en su lista de desinversiones.
El valor recibido este año por esas operaciones es ínfimo, pues las metas del plan de desinversiones de Petrobras para el período 2020-2024 apuntan a deshacerse de activos no estratégicos por entre 20.000 y 30.000 millones de dólares.
EFE