Internet ha sido el medio de comunicación por excelencia a través del que hemos seguido la pandemia de covid-19, lo que nos ha permitido «intuir» la verdadera dimensión de la red de redes «en términos de control e ingeniería social» y sus «vínculos estructurales con el aislamiento sociopolítico».
Así lo indica la investigadora de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) Pilar Carrera, en un artículo que analiza las consecuencias de la creciente pérdida de distancia simbólica y física con los medios de comunicación y la tecnologías de la información, publicado en la revista Eu-topias.
Internet es el primer medio que ha entrado directamente en nuestro espacio privado, en nuestros hogares, una tendencia que se ha acelerado con la pandemia, cuyo relato nos ha llegado «casi exclusivamente» a través de ese medio, lo que «ha producido un déficit discursivo monumental».
Carrera considera que si examinamos nuestra relación con las pantallas e interfaces de los medios de comunicación de masas desde el siglo pasado «podemos apreciar fácilmente cómo la tendencia ha sido una reducción sostenida y progresiva de la distancia física y simbólica».
Cuando vemos un «reality show» en televisión somos conscientes de que estamos ante un proceso de mediación, de representación, y lo sentimos como algo externo, indica en un comunicado la profesora del Departamento de Comunicación de la UC3M.
Sin embargo, cuando usamos Facebook o WhatsApp, aunque el proceso de mediación es el mismo, hemos perdido, de alguna manera, esa noción de estar delante de una suerte de espectáculo y «se produce una naturalización de la representación que es muy peligrosa, porque también entraña una pérdida de la distancia crítica».
Así, se produce una pérdida de distancia frente a un discurso mediático que se presenta como transparente, como una «ventana abierta al mundo», ocultando el proceso de mediación y sus implicaciones políticas, económicas y culturales.
El confinamiento es, para Carrera, «el ejemplo perfecto de una privacidad encapsulada y estrictamente controlada» por los medios de comunicación, acompañada «de un uso masivo, extenso y frenético de internet como única ventana ‘abierta al mundo exterior’ y único medio de contacto tan vicario como frustrante con el otro».
La crisis de la covid-19 ha permitido -escribe la experta- «intuir la verdadera dimensión de internet en términos de control e ingeniería social», tras décadas de adaptación, interiorización y adopción masiva del medio por parte de la ciudadanía.
«En esta tormenta perfecta en la que han chocado dos naturalezas virales (la de internet y la de la covid-19), se han puesto de manifiesto los vínculos estructurales entre internet y el aislamiento sociopolítico», concluye la experta.
EFE