Por Rodrigo García
Argentina recibió este jueves su primera remesa de vacunas, procedentes de Rusia, como una suerte de regalo navideño en el que volcar las esperanzas en aplacar una pandemia que deja ya más de 40.000 muertos en el país, que inicia su temporada de verano entre las dudas y la incertidumbre.
Poco antes de las 10.30 hora local (13.30 GMT), todas las miradas estaban puestas en el aterrizaje en el aeropuerto internacional de Buenos Aires del avión de la estatal Aerolíneas Argentinas que había partido el martes hacia Moscú, y que regresó con una primera partida de 300.000 dosis, que el Gobierno busca empezar a aplicar a partir de la semana que viene a personal de salud de riesgo.
«Hoy es un día de mucha esperanza, mucha expectativa, un día muy emotivo para todos y todas, para la mayoría de argentinos que queremos salir adelante, que confiamos en este momento tan histórico donde la llegada de la vacuna empieza a representar esa expectativa de poder salir adelante», expresó el jefe de Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero, en una rueda de prensa en el Aeropuerto.
Argentina es el primer lugar al que Rusia exporta sus vacunas, con base en un acuerdo «país-país» que fue elogiado por el embajador ruso en Argentina, Dmitry Feoktistov, quien valoró que la «amistad sincera y la asociación estratégica integral» que une a ambos Estados recibirán ahora un «nuevo impulso».
«En estos tiempos difíciles damos la mano de ayuda a la República Argentina, que es uno de los primeros países en América Latina en recibir el producto ruso. (…) Esperamos que nuestra vacuna ayude a salvar vidas de millones de argentinos. Es segura y eficaz», señaló el diplomático en la misma comparecencia de prensa.
LA LOGÍSTICA PREVISTA
Según el contrato suscrito, se recibirá, tras la primera remesa, otra de 5 millones de dosis en enero y 14,7 millones en febrero, con opción de ampliar en 5 millones más el pedido.
Además, Argentina cerró hasta ahora otros dos contratos, para adquirir 22,4 millones de la británica AstraZeneca -que se aplicaría desde marzo-; y 9 millones con la alianza internacional Covax, que depende de Naciones Unidas, mientras avanzan conversaciones con empresas como la estadounidense Pfizer, cuya vacuna es aplicada en otros países latinoamericanos como México y Chile.
«Nosotros siempre quisimos hacer ese contrato, pero hubo exigencias que no son cumplibles dentro del marco de la ley argentina, con lo cual el Gobierno no puede salirse de eso, pero tenemos alguna esperanza de poder resolverlo», sentenció el ministro de Salud, Ginés González García.
Las dosis rusas llegadas este jueves fueron trasladadas, en camiones refrigerados a -18 grados, a los centros de distribución de cada provincia y posteriormente a los centros de salud indicados.
La campaña de vacunación en Argentina (el Gobierno estima contar con más de 50 millones de dosis, en un país con alrededor de 45 millones de habitantes) será en los próximos meses por etapas, gratuita, voluntaria e independiente del antecedente de haber padecido el virus.
Se comenzará por el personal de salud -escalonamiento en función del riesgo de su actividad-, y luego por etapas: primero los adultos de más de 70 años, luego de 60 a 69 años, personal de las Fuerzas Armadas y de seguridad, adultos de 18 a 59 años de grupos en riesgo, personal docente y no docente y otras poblaciones estratégicas definidas por las jurisdicciones y la disponibilidad de dosis.
UNA GESTIÓN POLÉMICA
La compra de la Sputnik-V y la estrategia de adquisición de vacunas llevada a cabo por el Ejecutivo peronista generó una fuerte polémica en los últimos días, principalmente después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, dijera que aún no estaba preparada para aplicarse a mayores de 60 años, lo que provocó fuertes críticas por parte del principal frente opositor, en cuyas filas llegaron a pedir un juicio político contra González García.
«Las vacunas se van aprobando según los grupos en los cuales se hizo la investigación. (…) El análisis del grupo de mas de 60 años ya está terminado, lo que no está todavía es puesto en marcha, pero por la información que tenemos, inclusive va a empezar la vacunación en Rusia», dijo hoy el ministro.
«MUY PREOCUPADOS» POR EL REPUNTE DE CASOS
Hasta el momento, Argentina acumula 1,56 millones de contagiados por el virus, de los que 1,38 millones ya fueron dados de alta y 42.314 fallecieron por la enfermedad, en unos meses de pandemia que han agravado también la recesión que arrastra el país desde 2018, con un aumento de los niveles de pobreza, que según estadísticas oficiales sufre el 40,9 % de la población.
Si bien hace semanas que la media diaria de nuevos casos empezó a bajar, en las últimas jornadas las autoridades han alertado de que ese descenso ha empezado a estabilizarse, coincidiendo con la cada vez más transitada vía pública y el relajamiento de las medidas por parte de la población.
«Estamos muy preocupados», sentenció hoy González García, y afirmó que aun con la llegada de las primeras vacunas, «la pandemia no pasó», por lo que se hace «indispensable» preservar las medidas de cuidado.
«Creemos que la disciplina social que supimos mantener durante un buen tiempo en la gran mayoría de los argentinos, de cuidarnos y cuidar a todos los que tenemos cerca, eso se ha resquebrajado muchísimo en los últimos 15 días», lamentó.
Con todo, el ministro consideró que hoy se empieza «un nuevo camino», de esperanza y de «devolver futuro a los argentinos».
EFE
Comentarios