Icebergs del tamaño de la ciudad de Río de Janeiro en Brasil y más del doble de Chicago, en los Estados Unidos, salen de una plataforma de hielo y se denominan A-74, publica hoy MetSul.
A pesar de la época en la que casi todo está relacionado con el cambio climático, el fenómeno de despegar un iceberg de una plataforma de hielo es natural e indica que la naturaleza busca el equilibrio, reorganizando su estructura.
La A-74 se desprendió de la plataforma de hielo Brunt, que bordea la costa este de la Antártida y está bañada por el mar de Weddell. Brunt, fue la ubicación de la base de la Expedición de la Royal Society entre 1955-59, que tomó el control de la Estación de Investigación Halley, que vendría en 1985 para detectar el agujero en la capa de ozono, señala el informe de MetSul.
Este evento fue detectado por científicos usando equipos GPS y confirmado por imágenes del satélite Sentinel-1A. El satélite lleva un radar a bordo y proporciona imágenes en todas las condiciones de luz y meteorológicas y se utiliza para el estudio y seguimiento de diversos aspectos relacionados con el medio ambiente, desde la detección y seguimiento de derrames de petróleo y el mapeo del hielo marino hasta el seguimiento del movimiento en tierra. superficies y mapeo de cambios en la forma en que se utiliza la tierra.
El iceberg tiene un tamaño de 1.270 kilómetros cuadrados. En comparación, el último iceberg A-68, que ahora está en pedazos frente a la costa de la isla de Georgia del Sur, era casi cinco veces más grande cuando partió de la plataforma de hielo antártica Larsen C en 2017.
Este fenómeno no fue sorprendente ya que los glaciólogos del centro de investigación de la Antártida británica han monitoreado el área e identificado varias grietas y abismos en los últimos dos años.
Aún no es posible decir cuál será la influencia de lo sucedido. Hasta ahora, el iceberg todavía está muy cerca de la plataforma de hielo y esto hace que sea difícil predecir dónde podría vagar. Algunas probabilidades indican que puede ser arrastrado por la corriente costera y encallar, chocar con la plataforma de hielo o incluso derivar hacia el mar de Weddell, lo que podría afectar a la industria naviera de la región.
Vía: MetSul