Por Concepción M. Moreno
En un tiempo de avance de la extrema derecha en todo el mundo, Uruguay presumía de moderación en sus fuerzas políticas, con dos partidos tradicionales, los históricos Nacional y Colorado -nacidos en 1836-, y la coalición de izquierda que gobernó durante los últimos 15 años, el Frente Amplio (FA).
No obstante, las elecciones de 2019 vivieron el nacimiento de Cabildo Abierto (CA), formación que, pese a no querer etiquetarse como izquierda, centro o derecha, está más cerca de esta última línea ideológica e, incluso, tiene una profunda raigambre en el mundo militar.
Justicia social, defensa de intereses nacionales y lucha contra la corrupción y el narcotráfico son grandes líneas del ideario de CA, partido cuyo líder es el general retirado Guido Manini Ríos, quien fuera comandante en jefe del Ejército hasta 2019, cuando fue cesado por la Presidencia (entonces del socialista Tabaré Vázquez) por graves cuestionamientos al Poder Judicial.
CA también ha estado en el centro de críticas por pedir que no se juzgue a criminales y torturadores durante la dictadura cívico-militar (1973-1985) debido a su larga edad, ir en contra del aborto, la legalización de la marihuana e incluso contra el matrimonio igualitario.
El hoy senador de la República, que tiene como modelo inspirador al prócer José Gervasio Artigas, líder en la independencia del Río de la Plata, es uno de los socios más potentes del Gobierno de coalición que lidera Luis Lacalle Pou (2020-2025), si bien también uno de los más incómodos.
La tormenta desatada tras la difusión de un audio privado de un integrante de CA, que llevó este jueves a su renuncia al cargo público que ocupaba en la Administración de la Salud, así lo demuestra.
MATRIMONIO DE CONVENIENCIA
Las elecciones de 2019 supusieron un claro mensaje de cambio: tras 15 años de Gobiernos de izquierda, con dos mandatos del recientemente fallecido Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020) y uno de José Mujica (2010-2015), el lema instalado en el resto de fuerzas fue «todos contra el FA».
Con un sorpresivo 11 % de votos logrados en los comicios de 2019, CA respaldó sin ambages el Compromiso por el País, un documento que contó con, además del Partido Nacional, al que pertenece Lacalle Pou, el Colorado , el Independiente y el Partido de la Gente.
Este documento, firmado entre primera y segunda vuelta, derivó en la victoria electoral sobre el frenteamplista Daniel Martínez, por un estrecho margen de votos.
En el gabinete de Lacalle Pou hay dos ministros de Cabildo Abierto, que no cuentan con la importancia -a priori- de carteras como Economía, Interior o Relaciones Exteriores, pero que, actualmente, dejan muy bien situada a la formación de Manini Ríos: Vivienda y Ordenación Territorial -ocupada por Irene Moreira, su esposa-, en un país donde los asentamientos informales suponen un problema económico y social, y Salud Pública.
Precisamente esta última se ha convertido en el principal baluarte de CA con vistas a las elecciones de 2024, ya que el manejo de la pandemia en Uruguay, con Daniel Salinas al frente, le ha convertido en uno de los ministros mejor valorados por la opinión pública.
EL RUIDO
Sin embargo, en el ámbito sanitario llegaron dos de los escándalos que terminaron con renuncias de miembros de CA, el último de ellos este jueves, cuando el también militar retirado Enrique Montagno dejó su cargo tras la difusión de un audio privado, en el que no solo cuestionaba a la coalición oficialista, sino que sacaba pecho por la «colocación» de 135 miembros de su partido en la Administración de los Servicios de Salud del Estado.
«¡Son unos reverendos hijos de puta! Nos cagaron en los cargos… ¡Nos recagaron en los cargos! Y hoy se cagan de risa», enfatizó Montagno sobre el PN.
En una entrevista concedida este viernes por Manini Ríos a la radio local M24, resaltó que la prioridad de su formación era «el buen relacionamiento en el trabajo dentro de la coalición, en el entendido de que es la única forma de trabajar hacia las soluciones que tanta gente necesita» y que, por eso, Montagno dejó el cargo.
Además, agregó que surgen casos como el suyo porque «molesta la presencia de Cabildo Abierto en el país con esta voz diferente, denunciando las cosas que tiene que denunciar, proponiendo lo que tiene que proponer y metiéndose con intereses a los que nadie hasta ahora había osado enfrentarse».
Su petición de apoyo a la pequeña y mediana empresa -frente a los duros recortes aprobados por el Ejecutivo en el Presupuesto quinquenal- o el respaldo a la ley de forestación -en sorprendente alianza con el Frente Amplio- son otros dos ejemplos de la buena posición de este nuevo partido que, parece, nació para quedarse.
EFE