La tradicional Semana de Turismo (Santa), que anualmente mueve a miles de personas en el país, comienza este sábado con uno de sus principales destinos cerrados ante el avance de la covid-19.
Los complejos termales ubicados en Salto y Paysandú esta vez no podrán recibir gente, tal como sucedió en 2020, pocos días después de que se decretara la emergencia sanitaria.
Dicha medida fue anunciada el martes pasado por el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, y está enmarcada en el conjunto de resoluciones tomadas para frenar la circulación del coronavirus SARS-CoV-2.
En ese contexto, el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, destacó el pasado miércoles que se colocarán vallados en «determinados lugares», como algunos espacios públicos de Montevideo, y habrá más de 2.500 efectivos en el país para evitar aglomeraciones.
Sin embargo, el ministro de Turismo, Germán Cardoso, defendió la movilidad de los ciudadanos apelando al concepto de «burbuja familiar».
«Lo que no podemos hacer es romper la burbuja, interactuar con grupos de familiares o amigos con los que no estamos en contacto en la vida cotidiana», expresó.
El intendente del departamento de Maldonado, Enrique Antía, contrastó con esa posición y aseguró que «las señales» que adoptó el equipo de trabajo «son claras» para desalentar el turismo en esa zona, conocida por ser una de las más visitadas durante estas fechas.
«La naturaleza es generosa y nuestra costa tiene espacios. Tomaremos todos los cuidados para evitar problemas», dijo.
En ese sentido, remarcó que los lugares turísticos como el Parque Jagüel, la Quinta de Medina, Pueblo Gaucho y la Reserva del Cerro Pan de Azúcar van a mantener sus aforos «al mínimo» y con un «cumplimiento estricto» de protocolos.
Otras medidas anunciadas por el Ejecutivo fueron el cierre de oficinas públicas -excepto servicios imprescindibles- y free-shops (tiendas libres de impuestos) fronterizos hasta el 12 de abril; misma fecha para la clausura de gimnasios, clubes, deporte ‘amateur’ y casinos del Estado, y suspensión de espectáculos públicos.
También, la anulación de la presencialidad en todos los niveles de enseñanza hasta el 5 de abril y regreso progresivo a partir de esa fecha.
Uruguay confirmó el lunes pasado la presencia de la variante brasileña del coronavirus SARS-CoV-2 en siete departamentos.
El país atraviesa ahora por un rebrote de la primera ola y su momento más crítico desde el comienzo de la pandemia, con 15.683 con la enfermedad en curso y 236 en cuidados intensivos.
Esta situación preocupa enormemente al personal sanitario y, así, representantes de la Federación Médica del Interior mantuvieron este jueves una reunión con Lacalle Pou, con quien dialogaron sobre distintas medidas para disminuir la movilidad en la próxima semana.
Desde el 13 de marzo de 2020, cuando se declaró la emergencia sanitaria en Uruguay por la detección de los cuatro primeros positivos, hay 89.458 casos acumulados y 856 muertos.
EFE