La puja abierta tras el rechazo del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires a la decisión del Ejecutivo de Argentina de suspender las clases presenciales en escuelas de la capital y su periferia aguarda una resolución por parte de la Justicia, en momentos en que los casos de covid-19 son récord en el país suramericano.
El Gobierno capitalino, que encabeza el opositor Horacio Rodríguez Larreta, reiteró este sábado que apuesta a una pronta decisión de la Corte Suprema para frenar la aplicación del decreto dictado por el presidente argentino, Alberto Fernández, que dispuso suspender desde el próximo lunes y hasta el 30 de abril las clases en los colegios de Buenos Aires y su cordón urbano.
«Ya se definió que la corte tiene competencia para la presentación que hicimos y ahora entonces corre una medida cautelar que solicita que de forma inmediata se frenen las decisiones del decreto», dijo la ministra de Educación capitalina, Soledad Acuña, en declaraciones radiales.
El Supremo argentino no tiene plazos para expedirse.
Acuña indicó que, además del recurso ante la corte hecho por el Gobierno capitalino, hay una «infinita cantidad de amparos» presentados en otros tribunales locales por «familias, docentes, instituciones educativas y organizaciones de la sociedad civil».
«Es verdad que la corte no tiene plazos, pero hay una demanda social muy fuerte de las familias que exigen la presencialidad en las escuelas y eso los jueces lo ven y entienden la gravedad de la situación», dijo Acuña a radio La Red.
POLÉMICA POR DATOS
Tras reunirse este viernes con Rodríguez Larreta y ratificar la medida adoptada, Fernández dijo que nadie quiere suspender las clases presenciales pero que «en estos momentos debe prevalecer el criterio epidemiológico y no el educativo».
Argumentó que el reinicio de las clases, el pasado 17 de febrero, llevó a un incremento del 25 % en la circulación de personas en el área metropolitana, con más contagios que, alertó, han crecido en forma «exponencial» en chicos de 9 a 19 años.
Este argumento es rechazado por el Gobierno capitalino y Acuña afirmó este sábado que las decisiones adoptadas por Fernández no están basadas en «evidencias» y los datos son «incorrectos».
Según la ministra, los docentes, alumnos y sus padres «no utilizan el transporte público» y la cantidad de usuarios de transporte público no ha aumentado desde el inicio del ciclo escolar.
Además, aunque admitió que los contagios aumentaron en niños y adolescentes, dijo que los positivos crecen «abruptamente» desde los 16 años.
Además de suspender las clases en las escuelas, Fernández amplió el horario de restricciones a la circulación nocturna en Buenos Aires y su periferia desde el viernes último y por dos semanas.
El Ejecutivo dispuso además que en Buenos Aires y su cordón urbano, la zona más poblada de Argentina y donde mayor cantidad de casos de coronavirus se registran, queden suspendidas las actividades recreativas, sociales, culturales, deportivas y religiosas y los servicios gastronómicos en los lugares cerrados, al tiempo que el comercio opera en un horario más acotado.
Argentina registró este viernes un récord de 29.472 casos de covid-19, de los cuales 3.313 fueron reportados en la capital y 15.166 en la provincia de Buenos Aires.
EFE
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