Los obispos llaman a “redoblar esfuerzos y solidaridades” para superar estos tiempos difíciles, tras un largo año de pandemia y de sus consecuencias. Un agradecimiento a los trabajadores que “sostienen los servicios”, solidaridad con los que han perdido su fuente laboral y un saludo a las familias que frente a las dificultades, encuentran en la fe “un remanso de esperanza”, resumen el mensaje de la Conferencia episcopal de Uruguay (CEU) para este 1 de mayo, Día de los Trabajadores y Fiesta de San José Obrero.
“Este saludo llega en una hora de escasez, inseguridad, múltiples exigencias y pocas satisfacciones para sus esfuerzos”, expresan los obispos. Y al recordar la frase del Papa Francisco “estamos en la misma barca”, no dejan de lamentar este “momento de crisis y gran incertidumbre” que como “un tsunami” no deja de sorprender a la humanidad. De allí el llamado a todas las personas de buena voluntad a buscar, a través de un diálogo sincero, las mejores soluciones para todos los habitantes de la nación.
“Compartimos los problemas y el dolor de nuestro pueblo”, afirma el episcopado que agradece a los trabajadores “que siguen sosteniendo servicios esenciales para el funcionamiento de nuestra sociedad” en medio de la pandemia, al tiempo que se solidariza con quienes “han perdido su fuente laboral o la conservan en una situación precaria”.
“Nuestro país se ha forjado por el trabajo y el esfuerzo de su gente, atravesando otras tormentas. Confiamos en que en esta hora que nos ha tocado de tanto sufrimiento y temor, también saldremos adelante por el trabajo y el esfuerzo de todos”, afirman con ánimo de los obispos.
El mensaje de la CEU aseguran que “en Jesús y en su hogar de Nazaret podemos reconocernos como familia que hace frente a sus dificultades y encontrar en ellos un remanso de esperanza”. Recuerdan que antes de ser el predicador, Jesús llevó durante treinta años una vida anónima y silenciosa, como el hijo de un carpintero, en una aldea empobrecida.
“Jesús y su familia supieron de silencios, sacrificios y rutinas; vivieron la precariedad, la inmigración, la incertidumbre cotidiana”, enfatizan los obispos que colocan al Redentor como “modelo de trabajador, que compartió los sufrimientos, búsquedas, gozos y esperanzas de sus vecinos”. “La vida del nazareno, a lo largo de esos treinta años – añaden – fue muy semejante a las de nuestros más humildes compatriotas”, asegura el mensaje al proponerlo como “luz y horizonte para todos los trabajadores y trabajadoras en este 1º de Mayo”.
El mensaje concluye con una referencia a la Fiesta de San José Obrero y anima a los uruguayos a “redoblar esfuerzos y solidaridades, a fin de celebrar más temprano que tarde ese banquete abundante en todos los hogares de esta bendita tierra, que ponemos bajo la protección de Nuestra Señora de los Treinta y Tres, patrona de la patria”.
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