Por Santiago Carbone
En otra jornada con pocas aeronaves sobre la pista, varios vehículos ingresan al estacionamiento del Aeropuerto Internacional de Carrasco, en las afueras de Montevideo. Ninguno de sus ocupantes, sin embargo, va a abordar un vuelo.
Una camioneta con pocos pasajeros y un pequeño automóvil en el que viaja una familia hacen fila para que alguno de sus pasajeros se inocule contra el coronavirus SARS-CoV-2 en la principal terminal aérea del país.
Minutos después, se marchan de un lugar que, meses atrás, permitió que los cinéfilos olvidaran que las tradicionales salas se había vaciado para mantener distancias de seguridad y pudieran disfrutar de sus películas preferidas en una pantalla gigante durante el frío invierno montevideano.
Es que en 2020 todo cambió. De hecho, el CEO de Corporación América (empresa concesionaria del aeródromo) en Uruguay, Diego Arrosa, explica a Efe que la aparición de la pandemia disminuyó en un 99 % las operaciones.
Por esto, allí se plantearon dos posibilidades: «Ser actores de reparto y esperar a que todo pasara o ser protagonistas y generar un impacto».
De acuerdo con eso, cuenta que desde se decretó la emergencia sanitaria en el país sudamericano el 13 de marzo de 2020, lanzaron varios proyectos relacionados con acelerar la recuperación, activar las medidas sanitarias y llevar a cabo distintas acciones sociales.
EL AEROPUERTO EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Al ingresar a la terminal aérea, un silencio estremecedor demuestra que algo es muy diferente a esos momentos en los que la gente transitaba por allí a la espera de viajes que llegaban y que partían.
No obstante, durante 2020 ese eco vacío se rompió en más de una ocasión y no solo por los espectáculos musicales organizados para grupos muy reducidos de personas.
La felicidad de los uruguayos varados en el extranjero que retornaron gracias a la operación «Todos en Casa» y la de los extranjeros que partieron hacia sus países se hizo escuchar en momentos en que reinaba la incertidumbre en todo el planeta.
También, la alegría de quienes en los hangares armaron cerca de 160.000 canastas de comida para distribuir a los más necesitados o la de quienes recibieron el 25 de febrero las primeras 192.000 vacunas contra la covid-19, en una noche donde más de tres millones de personas pusieron su mirada en el aeropuerto y celebraron un aterrizaje de la misma manera que un gol de su selección.
Por todo esto, Arrosa destaca su felicidad por el trabajo del personal del Aeropuerto Internacional de Carrasco durante un momento crítico en el que la situación mundial le puso a prueba.
MIRANDO HACIA EL FUTURO
Con una frecuencia de vuelos muy reducida y con las fronteras del país aún cerradas para turistas o extranjeros no residentes, el CEO de Corporación América en Uruguay asegura que están tomando impulso y preparándose para lo que viene.
«Ahora nuestro foco es empezar a abrir y retomar la conectividad lo antes posible, porque hay una necesidad de que los uruguayos vuelvan a salir y de recibir turistas para que se reactive esa actividad tan importante para la economía del país», sostiene.
Asimismo destaca que el aeropuerto estaba trabajando desde hace unos años en el proceso de digitalizar todo el proceso del pasajero y que en 2018 se transformó en la primera terminal aérea de Latinoamérica en tener el flujo de un pasajero 100 % biométrico.
«Hoy con la pandemia eso paso a ser una necesidad básica, así que creo que también eso va a ser algo que nos va a ayudar a acelerar la conectividad y eso es algo muy bueno», concluye.
Además, un laboratorio privado se instaló en la terminal y allí las personas que salen de Uruguay pueden hacerse el test de PCR exigido en los países de destino.
De esta forma, el principal aeropuerto de Uruguay se prepara para incrementar su principal actividad, mientras continúa recibiendo vacunas semana tras semana y la visita de quienes allí se suman a la lista de inmunizados.
EFE
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