Por Raúl Martínez
Con lágrimas, oraciones y aplausos, políticos de todo el arco parlamentario y ciudadanos de a pie salieron este domingo a las calles de Montevideo a despedir al ministro del Interior uruguayo, Jorge Larrañaga, fallecido este sábado tras sufrir un paro cardiorrespiratorio.
El cortejo fúnebre con sus restos se dirige a Paysandú, la ciudad donde nació el 8 de agosto de 1956 y donde dio sus primeros pasos en política. Allí se afilió al Partido Nacional y alcanzó la Intendencia, que ocupó entre 1990 y 1999 y que dejó para lanzarse a aspiraciones más altas.
Precisamente ante la sede del PN, situada en la Ciudad Vieja -casco histórico- de Montevideo, cientos de seguidores de la formación política se acercaron con flores blancas en la mano a despedir al ‘Guapo’ Larrañaga (apodo por el que se le conocía desde su infancia, según parece, por su arrojo y valentía).
Pese a la lluvia, las bajas temperaturas del otoño austral y los fuertes vientos, ciudadanos y representantes políticos estuvieron presentes ante la casa del PN para entregar al difunto flores, banderas o simplemente despedirle con un fuerte aplauso.
El arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla, rezó un padrenuestro y un avemaría, que fueron seguidos al unísono por buena parte de los asistentes, quienes, tras una fuerte ovación, exclamaron: «Viva la patria, viva Larrañaga».
Los restos mortales del ministro serán enterrados este lunes en su ciudad natal.
Entre las 9.00 y las 12.00 horas (12.00-15.00 GMT) de este domingo, el féretro cubierto con la bandera uruguaya (posteriormente en el coche fúnebre también le acompañó una enseña del PN) fue velado en el Palacio Legislativo.
En el Salón de los Pasos Perdidos de la sede parlamentaria, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou; la vicepresidenta, Beatriz Argimón; y los integrantes del gabinete ministerial presentaron sus condolencias a los familiares.
A la salida, visiblemente emocionado, el mandatario, que suspendió el viaje que tenía previsto a Ecuador para la investidura de Guillermo Lasso como presidente de ese país, hizo unas breves declaraciones desde su vehículo a la prensa y consideró que era «un día muy complicado para decir algo».
«Parecía que nunca iba a descansar Jorge; ese cuerpo grande, fuerte. Se cayó muchas veces y se levantó más. Lo sufrí en carne propia en la competencia», agregó.
También representantes de otras fuerzas políticas asistieron al sepelio. Entre ellos, el expresidente Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), quien este sábado se había referido en Twitter al ministro del Interior como «un gladiador de la República».
Larrañaga, de 64 años, falleció este sábado tras sufrir un paro cardiorrespiratorio del que, como informa el diario local El País, no pudo salir pese a los intentos de reanimación de los servicios sanitarios que lo atendieron en un domicilio particular.
Lacalle Pou comunicó la noticia en torno a las 18.30 horas (21.30 GMT) del sábado en su cuenta de Twitter.
«Falleció Jorge Larrañaga. Muy duro! Lo aprendí a querer y a respetar. Fue cariñoso aún en la dureza de la batalla. Competimos, cooperamos, nos respetamos. Estaba en su mejor momento. QEPD», escribió el mandatario.
Larrañaga fue intendente de Paysandú y senador, además de candidato a la Presidencia de Uruguay en 2004 y a la Vicepresidencia en 2009 -junto al padre del actual mandatario, el expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995)-.
En las elecciones de 2019 fue precandidato en las internas del Partido Nacional, de las que emergió como aspirante a la Presidencia el actual jefe de Estado.
Para su gabinete, Lacalle Pou eligió a Larrañaga para su cartera de Interior, considerando la importancia que el político nacionalista concedió a la seguridad pública hasta el punto de elaborar una propuesta denominada «Vivir sin miedo».
Este proyecto, que buscaba reformar la Constitución para incluir, entre otros aspectos, la creación de una Guardia Nacional que colaborase con la Policía en la seguridad ciudadana, la pena de reclusión permanente revisable o los allanamientos nocturnos, fue rechazado en el plebiscito celebrado en octubre de 2019.
EFE